Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Shakespeare dijo alguna vez que “dormir era el bálsamo de las mentes heridas”.
Y al parecer de los cuerpos también.
Las personas que padecen una forma severa de apnea, la cual interfiere con el dormir, tienen muchas más probabilidades de morir de cualquier causa que quienes carecen de ese desorden, según reportaron investigadores en la edición del pasado viernes de Sleep.
Los descubrimientos en el estudio de 18 años confirman los hallazgos de investigaciones más pequeñas que indican un riesgo creciente de muerte para las personas con apnea, también conocida como desorden de la respiración al dormir.
“No se trata de una enfermedad que mate rápidamente. Es una dolencia que erosiona la salud con el paso del tiempo”, dijo en entrevista telefónica el doctor Michael J. Twery, director del Centro Nacional de Investigación de Desórdenes del Sueño.
“Quienes padecen tales dificultades no han podido dormir durante quizá largos períodos, pasan apuros para dormir. Si esto ocurre noche tras noche, semana tras semana... se torna peligroso”, señaló Twery, cuyo centro forma parte del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre.
El instituto calcula que entre 12 millones y 18 millones de personas en Estados Unidos sufren apnea de moderada a severa. La enfermedad no es siempre detectada porque quien la padece está dormido cuando ocurre el problema y no puede ser diagnosticado durante una visita de rutina a un consultorio médico.
Los investigadores examinaron en el laboratorio a los pacientes por sueño desordenado por respiración y luego les hicieron un seguimiento durante varios años.
En las personas con apnea, su vía respiratoria alta se estrecha o se bloquea periódicamente durante el sueño. Eso impide que el aire llegue a los pulmones. En algunos casos, se detiene la respiración durante segundos, un minuto o poco más de un minuto; las pausas en la respiración interrumpen el sueño e impiden que llegue al torrente sanguíneo una cantidad adecuada de oxígeno.
“Cuando dejas de respirar durante el sueño no te das cuenta, normalmente no te despierta”, señaló el doctor Twery. En lugar de ello, puede hacer que la persona pase de un sueño profundo a un sueño ligero, cuando se restaura la respiración.
Pero se altera el patrón general del sueño, y puede ocurrir cientos de veces en una noche, agregó.
El organismo, perteneciente al Instituto Nacional de Salud, dice que la apnea ha sido vinculada con riesgos mayores de enfermedades cardíacas, hipertensión arterial, accidentes vasculares cerebrales, diabetes mellitus y somnolencia
extrema durante el día.

Fuente: Washington, agosto 1/2008 (AP)