Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La XVII edición de la Conferencia Internacional sobre Sida se desarrollará en Ciudad de México entre el 3 y el 8 de agosto, mientras el mundo se prepara para enfrentar los próximos 25 años de una enfermedad que hasta ahora no tiene cura, pero que es prevenible.
Los críticos desestiman la concurrida reunión bienal a la que consideran un talk shop, pero en general se difunden importantes desarrollos.
"La conferencia fue un punto focal para delinear las relaciones entre el desarrollo y la salud. Como resultado, fueron apartados cada vez más recursos para el entrenamiento y salarios de trabajadores de la salud, drogas, laboratorios y clínicas, los que fortalecen los sistemas de salud en todo el mundo", dijo el director ejecutivo de la Sociedad Internacional de Sida (IAS), Craig McClure.
"Reúne a personas de todo el planeta, desde los más poderosos e influyentes hasta los más vulnerables y marginados", expresó a la agencia DPA. "Los participantes incluyen personas que trabajan en VIH, que están infectados o afectados por el VIH, y donantes, formadores de políticas y empresarios. Nada supera al contacto cara a cara para crear alianzas y estimular soluciones prácticas".
Más de un cuarto de siglo desde el inicio de la epidemia del sida, 25 millones de personas murieron y se estima que unas 33 millones viven con VIH.
La primera conferencia, celebrada en 1985 en la ciudad estadounidense de Atlanta, se centró en comprender la ciencia de una epidemia emergente. En la década pasada, la reunión evolucionó y ahora abarca más temas como el acceso a los medicamentos, la justicia social, los derechos humanos y cuestiones culturales relacionadas con la creciente epidemia.
En la cita de 1996 en Vancouver, Canadá, los científicos presentaron evidencia de que una combinación de drogas ("coctel") incrementaba la expectativa de vida de las personas infectadas.
En 2000, la IAS organizó la reunión en Durban, Sudáfrica, por primera vez en un país en vías de desarrollo, bajo el lema "Romper el silencio".
Allí, frente a 20 000 participantes, el ex presidente sudafricano Nelson Mandela dijo que el acceso a las drogas antirretrovirales era un tema moral. Sostuvo que los pobres de Harare y Hanoi no deberían tener que morir por falta de tratamiento, cuando la misma terapia mantiene con vida a los ricos en Londres y Nueva York.
En Bangkok 2004, el tema "Acceso para todos" subrayó la necesidad urgente del acceso universal a la ciencia, prevención, tratamiento y recursos relacionados con el VIH.
Y en 2006, la conferencia de Toronto, bajo el lema "Tiempo de cumplir", dejó el mensaje de que las naciones deben cumplir con las décadas de promesas para mejorar e incrementar la investigación, los fondos, el tratamiento, la prevención y los cuidados.
"La conferencia tiene un impacto real, duradero. Como resultado de la discusión, el debate y el activismo de conferencias previas, las drogas que salvan la vida están ahora disponibles a precios relativamente accesibles en la mayoría de los países del mundo en desarrollo", indicó McClure.
Para la conferencia de Toronto, el gobierno canadiense implementó un cambio permanente en sus formularios de solicitud de visado, eliminando el ítem referido a la infección con VIH para los visitantes por un período corto.
Mientras la comunidad relacionada con temas del VIH y el sida se prepara para la conferencia en Ciudad de México, Estados Unidos promulgó una ley que triplica los fondos para la lucha contra el sida, la tuberculosis y el paludismo en países pobres. El Congreso en Washington levantó además una prohibición de viajar a las personas con VIH, vigente desde hace 20 años.
Pese a todos los beneficios, las conferencias recibieron con frecuencia críticas por su fracaso en incluir de manera adecuada las opiniones de personas con VIH.
En Toronto, Gregg Gonsalves, de la Alianza del Sida y los Derechos de Sudáfrica, fue severo con su crítica hacia las "energías y esfuerzos con frecuencia mal direccionados, y los efectos paralizantes de la burocracia internacional en el tema del sida".
"Creamos un sistema designado a fracasar. Aun en los márgenes de este sistema, sigue habiendo hombres y mujeres que están largamente olvidados, son desconocidos, ignorados o insultados por aquellos que hacen funcionar esta máquina", indicó.
La reunión de 2010 se celebrará en Viena, con el foco en la creciente epidemia en Europa oriental.

Fuente: Ciudad de México, agosto 1/2008 (DPA)