Las mujeres obesas antes de quedar embarazadas corren mayor riesgo de tener un hijo con defectos congénitos cerebrales y medulares, especialmente si el sobrepeso se concentra alrededor de la cintura, según revela un estudio del grupo March of Dimes (Estados Unidos). Sin embargo, el índice de masa corporal (IMC) de una mujer antes de concebir no tuvo relación con sus posibilidades de tener un hijo con ciertos tipos de malformación cardíaca, indicaron los doctores Gary M. Shaw y Susan Carmichael, del Children's Hospital Oakland Research Institute (Estados Unidos). Investigaciones previas relacionaron la obesidad materna con una serie de defectos de nacimiento, especialmente los del tubo neural, que son malformaciones del cerebro y la médula espinal, señalaron los doctores Shaw y Carmichael en “Epidemiology”. Los defectos más comunes del tubo neural son la espina bífida, en la cual la médula no logra cerrarse completamente durante el crecimiento fetal, y la anencefalia, en la que parte o todo el cerebro no se desarrolla. Para analizar la relación entre la obesidad y otros factores vinculados con el peso en el riesgo de padecer esos u otros defectos congénitos, los investigadores observaron a 700 mujeres que dieron a luz a niños saludables y 659 que tuvieron niños con espina bífida, anencefalia y un tipo de malformación cardíaca llamado transposición de grandes arterias. Los niños con problemas también tenían otro defecto del corazón denominado tetralogía de Fallot. No hubo relación entre el IMC antes del embarazo y ninguno de los defectos cardíacos. En tanto, las mujeres con IMC de 30 o más eran un 60% más propensas a tener un hijo con anencefalia y un 40% más proclives a dar a luz un bebé con espina bífida que sus pares más delgadas. Asimismo, los bebés nacidos de madres que dijeron que habían aumentado de peso alrededor de la cintura en lugar de sus caderas eran 2,4 veces más propensos a tener anencefalia y tenían 1,8 veces más riesgo de padecer espina bífida. El incremento de peso abdominal jugaría un papel importante en el desarrollo de diabetes tipo 2, indicaron los autores. "Por lo tanto, estos resultados ofrecerían un indicio sobre los mecanismos subyacentes que vinculan la obesidad con el riesgo de defectos congénitos en los hijos, dado que la diabetes clínica también es un factor de riesgo de las malformaciones de nacimiento", concluyeron los expertos. Epidemiology 2008;19:616-620 |