Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un equipo del grupo de investigación en Fisiología y Fisiopatología Digestiva del Instituto de Investigación del Hospital Universitario Vall d'Hebron, de Barcelona, ha publicado un artículo en "Gastroenterology" donde se describen los mecanismos fisiopatalógicos que podrían explicar por qué las mujeres padecen con el doble de frecuencia el denominado síndrome del colon irritable. El exceso de estrés que afecta a las mujeres en nuestras sociedades se configura como el desencadenante que altera el correcto equilibrio fisiológico del intestino.

Los investigadores han demostrado que el exceso de estrés vital produce, entre otros perjuicios, una alteración en la barrera intestinal. En particular el cúmulo de situaciones vitales comunes -muerte o enfermedad de familiares, hipoteca, problemas laborales o sentimentales, etc.- durante el último año, provoca respuestas anómalas en la mucosa del yeyuno que desequilibran la correcta regulación de su fisiología.

Los autores, partiendo del conocimiento empírico y epidemiológico que asociaba el estrés vital con la aparición del síndrome, diseñaron un experimento para intentar descifrar la posible relación del estrés con la predominancia femenina. Para ello seleccionaron voluntarias sanas separadas en dos grupos, estresadas y poco estresadas, de acuerdo a su nivel crónico de estrés basal, a las que se sometió a un estrés agudo (sumergir la mano en agua helada), a modo de agente nocivo, mientras se prefundía y recogía el líquido intestinal.

Los resultados indican que la respuesta hormonal (progesterona, estradiol, cortisol) y del sistema nervioso (frecuencia cardíaca y presión arterial) al estrés agudo fue similar en los dos grupos. Sin embargo, la respuesta psicológica, mayor en magnitud, y, sobre todo, la respuesta de la mucosa intestinal, fueron diferentes en el grupo de mujeres estresadas. En concreto, el intestino de estas mujeres mostró una respuesta defectuosa dominada por una menor secreción de agua y por un aumento significativo de la permeabilidad. Esta respuesta podría reducir la capacidad del intestino para arrastrar los agentes exógenos nocivos y facilitar así el contacto prolongado de éstos con el sistema inmunológico provocando de esta forma una respuesta inflamatoria exagerada.

En condiciones normales, ante un estímulo nocivo (un agente tóxico, por ejemplo, o una infección), la mucosa intestinal disminuye su capacidad para absorber el contenido del tubo digestivo (permeabilidad) y secreta gran cantidad de agua para "arrastrar", excretar, lo más rápido posible, el agente nocivo hacia el exterior. En esta situación, normal y fisiológica, podemos padecer una diarrea transitoria.

Síndrome frecuente y sin tratamiento
El síndrome del intestino irritable es la enfermedad gastrointestinal más frecuente en clínica observada en el mundo occidental, pues afecta a un 10-15% de la población adulta y representa, según los expertos, el 1-2% de todo el gasto sanitario. Su sintomatología incluye dolor abdominal crónico y recurrente acompañado de alteraciones del ritmo intestinal que van desde el estreñimiento hasta la diarrea intermitente crónica pasando, en el caso de algunos pacientes, por períodos alternantes de estreñimiento y diarrea. Esta sintomatología puede durar incluso varios años seguidos. El diagnóstico se sustenta fundamentalmente en la naturaleza crónica de los síntomas sin la existencia de signos evidentes de enfermedad orgánica.

Los investigadores intuyen y sugieren que la persistencia de esta respuesta anómala del sistema inmunológico podría representar la primera etapa en el desarrollo del síndrome del intestino irritable y ayudar a entender la mayor prevalencia femenina, aunque los responsables reconocen la necesidad de hacer estudios comparativos entre géneros.