Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un mal funcionamiento molecular recién descubierto podría explicar el desarrollo de la presión arterial alta, la diabetes mellitus y problemas inmunológicos, informaron investigadores.
Versiones renegadas de las enzimas conocidas como proteasas, deambulan por el cuerpo recortando segmentos que trabajan como receptores celulares que permiten que la insulina realice sus efectos en las células, de acuerdo con un informe que aparece en Hypertension.
Esa actividad enzimática descontrolada también reduce la respuesta del sistema inmunológico a las infecciones y eleva la presión arterial, apunta el informe.
"Estamos describiendo un nuevo mecanismo para las enfermedades y lesiones del cuerpo", dijo el autor del estudio Frank DeLano, del departamento de Bioingeniería de la Universidad de California en San Diego. "Es una idea que no se había presentado antes. Si aplicamos un inhibidor de la proteasa, podemos evitar el daño observado en animales de laboratorio".
DeLano y su colaborador Geert Schmid-Schonbein, han trabajado con un modelo de enfermedad muy utilizado en laboratorio, ratas modificadas genéticamente para que tengan hipertensión arterial.
Hallaron que las proteasas, cuya función es eliminar los desechos moleculares, pueden dañarse y destruir una variedad de distintos receptores en la pared celular. Si los receptores de la insulina se dañan, el metabolismo normal de la glucosa no es posible, lo que puede causar diabetes. Las proteasas también pueden dañar receptores vitales para el funcionamiento de los leucocitos que combaten las infecciones.
Los investigadores también hallaron que los receptores de proteínas en las superficies celulares se inactivaban a medida que las ratas desarrollaban presión arterial alta. "Muchos receptores en los vasos sanguíneos pueden hacer que estos se relajen", dijo DeLano. "Muchas proteasas que observamos en los animales rompen los receptores responsables de la relajación". Cuando a las ratas se les administró doxiciclina, un antibiótico que también es inhibidor de la proteasa, se redujo la presión arterial y se restableció el funcionamiento normal del sistema inmunológico.
Las proteasas que causan el daño se filtran desde el intestino, apuntó DeLano. "El mecanismo es un intestino permeable o con escapes. Lo denominamos como el 'síndrome del intestino con gotera'".
El siguiente paso importante será demostrar que el daño de la proteasa observado en ratas de laboratorio también ocurre en humanos. "Tendremos que realizar ensayos humanos", destacó el especialista. "Estamos trabajando con otros investigadores en ensayos en humanos".
"Esta es una observación importante", escribió en un editorial acompañante H. Glenn Bohlen. "Relaciona información de que la presión arterial alta y la resistencia a la insulina tienen el mismo origen, el daño a los receptores".
La función de las proteasas en las ratas y los humanos es la misma, así que lo observado en el laboratorio puede que ocurra también en los humanos. "Probablemente ocurra en los humanos a diferente escala", dijo Bohlen. "Las ratas tienen un ritmo metabólico distinto, mucho más rápido que el de los humanos".
Los estudios recién reportados ayudarían a explicar por qué los antioxidantes como las vitaminas C y E ayudan a combatir la inflamación, dijo.
"El próximo método será probablemente tratar un estado inflamatorio. Algo está pasando con lo que podemos interactuar. Hay muchos métodos disponibles comercialmente para bloquear las proteasas".
Además de los antibióticos como la doxiciclina, medicamentos como los inhibidores de la ECA inhiben la proteasa, dijo DeLano. Los inhibidores de la proteasa también se utilizan para controlar el VIH, virus que causa el sida.
Hypertension: http://hyper.ahajournals.org/

Fuente: Nueva York, junio 30/2008 (HealthDay News)