Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos
Un estudio realizado por investigadores franceses muestra que el déficit intelectual experimentado por el hombre a partir de los 60 años está relacionado con los bajos niveles en sangre del colesterol "bueno" o HDL o lipoproteínas de alta densidad. "El estudio evidencia la clara relación entre el colesterol bueno y la aparición de un declive cognitivo, incluidos numerosos factores susceptibles de conducir a una demencia como, accidentes cardiovasculares, consumo de alcohol entre otros", afirma la directora del estudio, Archana Singh-Manoux, del Instituto Público de Investigaciones Médicas (INSERM). El declive cognitivo es la primera etapa hacia la demencia. El trabajo, publicado en Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology, se realizó a 3700 funcionarios ingleses no dementes. Se tomaron muestras de sangre con cinco años de diferencia (en 1999 y 2004) para medir las concentraciones de los lípidos sanguíneos, el colesterol HDL o "bueno" y el colesterol LDL o “malo”. Al mismo tiempo, los participantes fueron sometidos al "test de memoria de las 20 palabras": debían citar el máximo número de palabras de la veintena presentadas instantes antes. La incapacidad de citar más de cuatro palabras significa "un déficit cognitivo", mientras que el olvido de más de dos palabras entre dos fases del estudio se interpreta como un "declive". Para las personas con un bajo nivel de colesterol bueno (menos de 40 miligramos por decilitro) el riesgo de déficit intelectual aumenta un 27% con respecto a aquellos con un nivel de HDL elevado (>60 mg/dl). Cinco años más tarde, las personas con un nivel de colesterol bajo presentaron un 53% de riesgo suplementario de tener un declive intelectual. Según Singh-Manoux, los niveles de colesterol bueno (beneficioso para el sistema cardiovascular y neurológico) se pueden aumentar con "medidas simples". La American Heart Association preconiza una actividad física regular, evitar el consumo de grasas "trans" (de origen industrial) y de reducir de manera general el consumo de grasas, especialmente de origen animal, sustituyéndolas por el aceite de oliva. Fuente: París, julio 2/2008 (AFP) |