Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La comunicación entre células se lleva a cabo a través de una sofisticada red molecular. En la membrana de las células se encuentran los receptores, proteínas de gran complejidad estructural encargadas de identificar moléculas mensajeras y desencadenar la respuesta adecuada. Las investigaciones lideradas por el Dr. Rafael Franco, jefe del equipo Neurobiología molecular del Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, demostraron que estos receptores pueden asociarse de dos en dos formando complejos mayores.

La revista Nature Methods publica un nuevo trabajo de este equipo, con Paulina Carriba y Gemma Navarro como primeras firmantes, en el que una nueva técnica llamada SRET (Sequential Resonance Energy Transfer) permite identificar por primera vez combinaciones de más de dos receptores en la membrana de células vivas. En función de la combinación de receptores la respuesta de la célula a un mismo estímulo puede variar, dotando de nuevos significados a una única molécula mensajera en función de la célula y su estado.

La nueva técnica desarrollada por los investigadores del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Biología de la UB y del IDIBAPS consiste en una transferencia de energía mediante la combinación de dos técnicas preexistentes, una basada en la bioluminiscencia (BRET) y la otra en la fluorescencia (FRET). Según se informa en un comunicado, gracias a ella han identificado la combinación de tres receptores en la membrana de células vivas, y no se descarta que puedan descubrirse combinaciones mayores. El próximo paso será analizar la geometría de estas combinaciones para entender su significado biológico.

El equipo centra buena parte de sus investigaciones en el estudio del sistema nervioso, donde la comunicación entre células es especialmente intrincada y rápida. Gracias a la nueva técnica SRET queda demostrado que la comunicación entre células es todavía más rica de lo que se pensaba. En próximas investigaciones se estudiará cómo los nuevos descubrimientos estructurales pueden aplicarse a enfermedades neurodegenerativas y psiquiátricas.