Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las radiaciones a las que se exponen los usuarios de teléfonos móviles no implican riesgos de cáncer en adultos, según un estudio presentado hoy en Berlín por el ministro de Medio Ambiente alemán, Sigmar Gabriel.
Tampoco los teléfonos inalámbricos ni las estaciones telefónicas que cumplen con las normas DECT próximas a una cama aumentan el riesgo de que quienes duermen cerca desarrollen tumores cerebrales, concluyó el informe.
Asimismo, no se detectó relación entre los aparatos y los dolores de cabeza o las perturbaciones del sueño en adultos. El estudio se extendió durante seis años y no se pronuncia sobre posibles riesgos a más largo plazo, sobre todo para niños.
Este desconocimiento sobre los efectos de los teléfonos móviles hacen que deba haber un ¨manejo cuidadoso de las técnicas de comunicación inalámbricas¨, sostiene el informe. Sin embargo, en el curso de la investigación se acumularon indicios de que no hay relación entre el efecto de los campos electromagnéticos y las perturbaciones del sueño o los dolores de cabeza.
La pregunta de si el riesgo para la salud a largo plazo resulta más elevado para los niños que para los adultos no puede responderse de manera concluyente.
Por eso se necesitan más estudios sobre los efectos de largo plazo de estos aparatos, sobre todo en niños que crezcan o hayan crecido con teléfonos móviles.
Los expertos analizaron en más de 50 proyectos de investigación del programa de telefonía móvil alemán desde 2002 los efectos biológicos del uso de móviles e inalámbricos.
En pocos casos se observaron cambios de la actividad genética, es decir en procesos celulares que responden a programas genéticos. Esto sin embargo no pone en cuestión las conclusiones generales de los estudios.
También la Organización Mundial de la Salud (OMS) examina en el marco del llamado ";Estudio Interphone"; si hay riesgos comprobables de desarrollar cáncer por usar teléfonos móviles.
En muchas investigaciones parciales ya concluidas en diversos países del mundo no se encontraron pruebas de que existan este tipo de riesgos.
Si bien se admite que hasta ahora no hay prueba científica alguna de que los teléfonos móviles puedan ocasionar cáncer, se temen consecuencias a largo plazo para la salud, que se manifiesten años después y no puedan reconocerse aun.


Fuente: Berlín, junio  17/2008 (DPA)