Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La deficiencia generalizada de vitamina D que sufren muchos niños es en muchas ocasiones un problema de consecuencias invisibles, pero que con el tiempo se muestra a través de la fractura ósea o el debilitamiento del sistema inmunológico, lo que hace a estos pacientes más propensos a contraer enfermedades, según un estudio realizado por investigadores del Hospital Infantil de Boston y publicado en Archives of Pediatric and Adolescent Medicine.

Dos de cada cinco niños con edades entre los ocho meses y los dos años de edad de los 380 pacientes que participaron en este trabajo tenían niveles de vitamina D en sangre por debajo de los óptimos por no consumir suficiente leche ni vitaminas y tener sobrepeso.

Esta investigación viene a reforzar las evidencias que señalaban que la vitamina D, sintetizada por el propio organismo y también ingerida como complemento añadido a muchos alimentos, es importante para prevenir las enfermedades crónicas, clave para mantener los huesos fuertes y además, está relacionada con un bajo riesgo de padecer cáncer, enfermedades arteriales y renales.

Para Gordon, la falta de síntomas al menos en las fases iniciales, hace que podamos llamar a este problema ¨la enfermedad silenciosa¨. ¨Lo que nos llama la atención es como muchos niños tienen una deficiencia de vitamina D pero no síntomas. El silencio de lo que vemos nos preocupa todavía mas¨, indicó la experta, destacando que sólo tres niños del estudio mostraron signos de una ligera debilitación de los huesos y otros 13 síntomas de desmineralización.

No obstante, el trabajo descubrió que el seis por ciento de los niños que ingerían alimentos enriquecidos presentaban también deficiencias de vitamina D, una circunstancia que, a juicio de los investigadores, se podría deber a un enriquecimiento insuficiente.