Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Elevados niveles plasmáticos de proteína C reactiva, conocido marcador de inflamación, parecen estar asociados con un riesgo incrementado de ictus, incluso en individuos que no presentan placas extensas de ateroma en sus arterias carótidas, según muestran los resultados de un estudio publicado en "Circulation".



La razón, según señalan los autores, de la Universidad de Vermont (Estados Unidos), puede residir en que la proteína C reactiva tiene que ver más con la presencia de placas de ateroma inestables que con su extensión.



Pese a que aún no está recomendado un cribado masivo de la población para conocer sus niveles de esta proteína en sangre, los investigadores consideran que cada nuevo estudio al respecto permite refinar más las probabilidades que tiene cada individuo de beneficiarse de la medición de la proteína. Así, creen que llegará el momento en que la prueba de medición de la proteína C reactiva constituirá una herramienta útil para evaluar a personas con riesgo cardiovascular moderado.



En la investigación participaron 5.417 individuos mayores de 65 años, que fueron divididos en cuatro grupos en función de sus concentraciones de proteína C reactiva. También se empleó ultrasonografía para medir el grosor de sus carótidas.



Durante los diez años de seguimiento, 469 participantes experimentaron un ictus isquémico. Tras ajustar otros factores de riesgo, comprobaron que aquellos individuos encuadrados en el grupo con mayores niveles de proteína C reactiva tuvieron 60% más probabilidades de experimentar un ictus isquémico que aquellos con los niveles más bajos.



Además, subrayan que la relación entra las concentraciones plasmáticas de la proteína y el ictus es más fuerte en aquellos pacientes con mayor estrechamiento en las arterias carótidas.



Circulation 2003,10.1161/01.CIR.0000079160.07364.6A