Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los pacientes operados mediante métodos mínimamente invasivos de una obstrucción de las arterias carótidas no tienen mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral o infarto que los operados con cirugía abierta, según un estudio.
El informe, publicado en la revista New England Journal of Medicine (NEJM), podría suponer un aliciente para que los cirujanos elijan las operaciones no invasivas para prevenir o tratar las obstrucciones en las arterias carótidas.
El estudio revela que después de tres años, los pacientes sometidos a un procedimiento mínimamente invasivo presentaron las mismas probabilidades de sufrir un derrame cerebral o ataque al corazón que los operados a cirugía abierta en el cuello.
Los resultados se refieren a 260 pacientes a los que se asignó al azar uno de los dos tratamientos en 29 hospitales y fueron estudiados por investigadores de la Universidad de Harvard, el Centro Cardiovascular del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan y otros.
Los resultados, indicó la revista, deberían ayudar en la selección del tratamiento de pacientes que necesitan desbloquear una de las dos arterias carótidas obstruidas en el cuello para reducir el riesgo de un derrame cerebral, pero que enfrentan un alto riesgo de complicaciones durante la cirugía debido a otros problemas de salud.
Estos pacientes pueden tener una mejor recuperación posoperatoria y menores probabilidades de recaída con la opción mínimamente invasiva, llamada stent carotídeo.
¨Los pacientes que son sometidos a un procedimiento quieren saber que estarán protegidos a largo plazo de accidentes cerebrovasculares, y si el procedimiento es seguro¨, señaló Hitinder Gurm, cardiólogo de la UM.
¨Este es el primer estudio en el que se sugiere que los stents funcionan tan bien como la cirugía en pacientes de alto riesgo¨, dijo.
En total, 41 de los 143 pacientes a los que se les colocaron stents carotídeos y 45 de los 117 pacientes que fueron sometidos a cirugía abierta sufrieron un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular, o murieron, durante los tres primeros años.
Las dos tasas son estadísticamente equivalentes y no muestran diferencia entre ambos tratamientos. Cerca de un tercio de los episodios fueron accidentes cerebrovasculares, la mayoría de ellos menores, según el artículo.
NEJM: http://content.nejm.org/

Fuente: Washington, abril 10/2008 (EFE)