Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Fumar conlleva un significativo incremento del riesgo de ictus, en personas con hipertensión, enfermedad que ya de por sí se asocia a un mayor riesgo cerebrovascular.
 
Es lo que concluye un nuevo estudio publicado en ";Stroke";, en el que se señala que el consumo de tabaco y la hipertensión arterial son dos factores de riesgo de ictus hemorrágico que, además, tienen efectos sinérgicos.
 
Según los resultados, por cada 10 mm Hg de aumento en la presión sistólica, los fumadores se enfrentan a un riesgo 15 puntos porcentuales mayor de ictus hemorrágico en comparación con los no fumadores.
 
Los autores, del George Institute for International Health (Australia), recuerdan que aproximadamente la mitad de los afectados por un ictus hemorrágico mueren por su causa y que muchos supervivientes quedan paralizados o con otras secuelas debilitantes.
 
Para su investigación, utilizaron datos de 563.144 personas (82% asiáticas, 35% mujeres, con una media de edad de 47 años). El objetivo fue analizar si el consumo de tabaco incrementaba el riesgo de ictus y cardiopatía isquémica en individuos hipertensos.
 
El 37% de los participantes eran fumadores al inicio del estudio. Durante el seguimiento (6,8 años de media), 746 de los 210.961 fumadores del estudio y 899 de los 352.183 no fumadores experimentaron un ictus hemorrágico.
 
Por cada 10 mm Hg de incremento de la presión sistólica, los fumadores se enfrentaban a un riesgo un 81% mayor de ictus hemorrágico, frente a un incremento del 66% entre los no fumadores. Este efecto del tabaquismo fue específico para este tipo de accidente cerebrovascular, dado que no se observó un efecto similar en el ictus isquémico ni en el infarto de miocardio.

Stroke 2008;10.1161/STROKEAHA.107.496752