Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Esa cantidad se asocia a una reducción del 30% del riesgo cardiovascular y oncológico, según se ha puesto de manifiesto en las Jornadas de Actualización en Medicina de Familia

El consumo de frutas, verduras y hortalizas ";;debe alcanzar los 600 gramos diarios para reducir el riesgo cardiovascular y oncológico en más de un 30%";;, según indicó hoy la Dra. Joima Panisello, durante las Jornadas de Actualización en Medicina de Familia, organizadas por las Sociedades Española y Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC y SOMaMFyC).
Durante esta jornada se señaló que tanto en España como en otros países desarrollados los hábitos alimenticios ";;han empeorado notablemente puesto que se come mal, se realiza escasa actividad física y los adolescentes cada vez consumen más comida rápida";;.
Debido a estos factores, España ocupa actualmente el tercer puesto en prevalencia de obesidad en el mundo, con una tasa del 13,9%, después de Estados Unidos, con un 22,5%, y Reino Unido, con un 17%. De hecho, casi el 14% de la población española es obesa y cerca de un 17% de los pacientes que acude al centro de salud presenta este problema.
Para mejorar esta situación, los especialistas recomendaron llevar una dieta equilibrada, realizar ejercicio físico regularmente y evitar el consumo de alcohol y tabaco para la prevención primaria y secundaria de las enfermedades cardiovasculares, que representan una de las principales causas de muerte en España.
Según la Dra. Panisello, una dieta equilibrada debe ser rica en verduras, hortalizas, frutas variadas, pan, arroz y pasta; legumbres, pescado blanco y azul; frutos secos, lácteos desnatados y agua. Asimismo, apuntó que ";;no debe faltar la realización de ejercicio físico";;.
Por su parte, el director de las jornadas, el Dr. José Zarco, afirmó que ";;para crear en la población unos hábitos dietéticos saludables es fundamental el papel del médico de familia";;. En esta línea, la Dra. Panisello indicó que ";;cualquier consejo dietético debe ir acompañado de una serie de pautas y recomendaciones al paciente por parte del médico de familia sobre cómo realizar su compra, para que no acabe consumiendo lo que casualmente encuentra y comiendo lo que casualmente compra";;.
Además, los expertos relacionaron directamente el consumo de comida rápida con el aumento de las enfermedades cardiovasculares, debido, en parte, a la disminución de antioxidantes como consecuencia de la ingesta de este tipo de alimentos. Así, el doctor Zarco recomendó el consumo de alimentos ricos en antioxidantes, como son las nueces, los cereales, la soja, las aceitunas y el aceite de oliva, puesto que contrarrestan el daño oxidativo generado.
Asimismo, los expertos informaron que en los últimos años se ha producido una evolución de la dieta mediterránea tradicional -rica en verduras, legumbres y fruta, pescado y aceite de oliva, con un consumo ocasional de vino, una ingesta baja de lácteos y azúcares simples y un consumo prácticamente nulo de alimentos preparados- hacia patrones alimenticios propios de otras sociedades occidentales, con un aporte más elevado de grasas de origen animal y en detrimento de los hidratos de carbono complejos y de la fibra vegetal.
Por todo ello, los médicos de familia aconsejaron evitar las dietas milagro y las no recomendadas por profesionales sanitarios, el mantenimiento de un horario para las comidas principales, masticar despacio los alimentos, la ingesta de lácteos a través de productos desnatados o bajos en grasa a partir de los 2-4 años de edad y la elección de ";;grasas saludables";; como el aceite de oliva apuntando que éste es mejor si es ";;virgen";;, por su mayor riqueza en antioxidantes.
Finalmente, incidieron en el consumo de pescado, especialmente azul, 3 ó más veces por semana y de la carne con un menor aporte graso, como el pollo, el pavo, el conejo y la avestruz; y recordaron que ";;no debe olvidarse que los refrescos y bebidas azucaradas tienen muchas calorías y su abuso harán ganar peso";;; así como la realización de algún ejercicio físico al menos 4 veces a la semana, durante cuarenta minutos al día.