Las personas que consumen cantidades moderadas de alcohol y son físicamente activas presentan un menor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca y otras causas que las abstemias, según un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública de Dinamarca que se publica en el ¨European Heart Journal¨.
Los resultados muestran que aquellos individuos que no beben alcohol ni practican ejercicio tienen entre un 30 y un 49% más riesgo de enfermedad cardíaca que los que beben, se mantienen activos o combinan ambos hábitos.
Los investigadores obtuvieron entre 1981 y 1983 información sobre varios aspectos de la salud, que incluían el ejercicio y el consumo de alcohol, de 11.914 varones y mujeres daneses de 20 años o más, participantes en el Estudio Cardíaco de la Ciudad de Copenhague. Durante 20 años de seguimiento se produjeron 1.242 casos de enfermedad cardíaca isquémica mortal (ECI) y 5.901 muertes por otras causas.
La actividad física se dividió en tres categorías que incluían a aquellas personas que no realizaban ejercicio, realizaban poco y las que mantenían un nivel entre medio y alto de actividad. En cuanto al consumo de alcohol, se clasificó según declaraciones de los participantes en quienes tomaban menos de una bebida alcohólica a la semana (no bebedores), los que tomaban entre una y 14 bebidas (moderados) y los que superaban las 15 bebidas a la semana (grandes bebedores).
Los resultados mostraron que en cada nivel de actividad física, los no bebedores tenían un 30 o 31% de mayor riesgo de ECI en comparación con los moderados. Sin embargo, aquellos que no bebían pero que tenían un nivel moderado o alto de actividad física veían reducido su riesgo de ECI un 31 y un 33% respectivamente en comparación con los no bebedores inactivos.
Los investigadores descubrieron al analizar la mortalidad por cualquier causa que en cada categoría de consumo de alcohol, los individuos sedentarios tenían un mayor riesgo de muerte, y que en cada nivel de actividad física los bebedores moderados presentaban el menor riesgo de mortalidad. En comparación con los no bebedores sedentarios, realizar ejercicio se asoció a un riesgo un 23% menor de mortalidad, y mantenerse activo y beber al menos una bebida a la semana se asoció a entre un 12 y un 33% menos riesgo de muerte.
Según explican los autores, ¨el riesgo más bajo de mortalidad por cualquier causa se observó entre los bebedores moderados activos, y el mayor riesgo, entre los abstemios y los grandes bebedores que no practicaban ejercicio¨.
European Heart Journal 2008;doi:10.1093/eurheartj/ehm574