Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los autores científicos cubanos no citan, o citan relativamente poco, a los autores cubanos en sus artículos. Cuba aparece como uno de los países latinoamericanos con menor índice de citas nacionales o extranjeras por trabajo publicado por un autor del país. Por ejemplo, un autor cubano que publica un artículo en una revista de alto impacto recibe 4,97 citas promedio de autores extranjeros y sòlo 1,16 citas promedio de autores procedentes del patio.1 Esto obedece a diversos factores y no se pretende analizar todos los que pudieran incidir en estas cifras, pero resulta interesante referirse a algunas posibles causas.

 

Muchos expertos, árbitros y editores cubanos, por ejemplo, consideran una práctica poco loable la autocitación, así como la citación de artículos procedentes de un mismo equipo de investigación. Siempre que sea muy ostentoso e innecesario pudiera recomendarse una moderación en este sentido pero, en ocasiones, con esto se contribuye a diversas interpretaciones. La cita de un artículo propio es necesaria, e incluso imprescindible, cuando se trabaja sobre un mismo tema durante mucho tiempo, algo muy común cuando se desea obtener resultados a largo plazo.

 

La falta de citas entre cubanos podría atribuirse a que no existe integración realmente en la ciencia que hacen los naturales del país o que no se considera importante la contribución que realizan los colegas del patio en una temática o, lo que es peor, que se desconozca qué hacen otros sobre nuestro tema de estudio. No se puede descartar del todo que existan estos problemas en alguna medida.

 

Uno de los factores que favorece esta situación es la diversidad de fuentes de información existentes en el país sin respaldo a texto completo en los espacios de Internet y las diferencias con respecto a posibilidades de acceso que esto genera; otro es la carencia de una integración suficiente de los sitios de la ciencia (casas editoras, institutos de investigación, grandes hospitales, entre otros), así como de buscadores con la capacidad de exploración suficiente como para recuperar por palabras clave en un texto completo los términos solicitados por un usuario. Todo esto obliga a rastrear casi todas las publicaciones cubanas de forma prácticamente manual, lo que conspira contra la citación entre nosotros.

 

Esta situación ocurre en menor medida en el caso de autores cubanos que publican en revistas no cubanas de alto impacto donde es notable la autocitación —sin que esto constituya un motivo de rechazo— en las cuales es fácil explorar sus contenidos, tanto en las grandes bases de datos que procesan sus contribuciones, como por medio de los grandes buscadores que exploran sus textos completos en busca de las palabras clave solicitadas por sus usuarios. Esto facilita considerablemente conocer la producción científica nacional sobre un tema de interés.

 

En este caso, y para esta clase de búsquedas, bases de datos como Scopus, posibilitan que sus usuarios excluyan, por ejemplo, las autocitas de autores cubanos.2 Scopus elimina automáticamente esta información, pero esta pudiera ser útil en estudios métricos de redes de citación. Incluso esta base permite conocer el índice H con o sin autocitas.

 

Una de las autoras cubanas con índice H más elevados en un artículo publicado en Emerging Infectious Diseases del pasado año,3 de un total de 27 citas, 13 eran autocitas o provenían de su grupo de trabajo sin que por eso se considere desacertado, lo cual denota una producción científica coherente hacia la solución de un problema científico.

 

A diferencia del ejemplo anterior, muchos autores cubanos —con menos resultados obviamente— saltan frecuentemente de un tema a otro e ignoran que no se está en tiempos de Da Vinci donde un solo individuo poseía todas las ciencias del renacimiento. Esta falta de coherencia temática reduce el alcance del trabajo científico de un autor o puede indicar, tal vez, un problema más grave aún: el empeño por cosechar un número de publicaciones a toda costa con vista a cumplir con un requisito académico ante la falta de trabajo propio; en ocasiones puede tratarse de jefe poco escrupuloso, quien sin ser parte de un equipo de investigación exige o acepta coautorías o autorías, una práctica condenable éticamente por muchos comités académicos en el mundo.4

 

Un ejemplo clásico de pobre citación entre cubanos es el caso de las publicaciones que aparecieron durante la epidemia de neuritis epidémica cubana ocurrida en la década de los año 90 del pasado siglo en Cuba, donde cada grupo de trabajo que pretendía, desde su perspectiva, analizar la etiología de la mencionada enfermedad como regla general no realizó referencia alguna a los resultados de los demás grupos participantes en la investigación,aún cuando ellos aparecieron muchas veces en revistas visibles procesadas, al menos, en sistemas tan accesibles como PubMed. ¿Podría significar un divorcio entre los distintos grupos de trabajo que se constituyeron de forma oficial en ese momento?

 

Uno de los elementos que pudiera justificar en parte esta situación es que estos grupos,V trabajaron simultáneamente, y cuando publicaban sus observaciones no estaban listas o publicadas las observaciones de los otros grupos de trabajo. Pero esto no sucede en todas las ocasiones, porque después de controlada la epidemia, los trabajos publicados con posterioridad hasta el presente tampoco citan los artículos de otros autores cubanos, tal vez porque sus observaciones no apoyan sus hipótesis o porque existe un desconocimiento del aporte cubano ecuménico en general.

 

También hay que reconocer que muchos autores cubanos no presentaron sus evidencias por medio de artículos, sino de informes, y otro grupo de ellos que sí publicaron artículos no pertenecían a los referidos grupos de trabajo. Sin embargo, en este último grupo sí aparecen referencias a lo realizado por otros autores cubanos.

 

Aún cuando todo lo anterior pudiera influir de algún modo, salta a la vista de cualquier aficionado a la metría y sus leyes una falta de integración para resolver un problema como este que es típicamente local. Existen alrededor de 100 artículos publicados hasta la fecha en la base de datos Scopus sobre esta enfermedad, donde se observa la arraigada costumbre de los autores cubanos de no citar a los autores nacionales.

 

En un slogan comercial cubano de los años 50 se decía: ";consumir lo que el país produce es hacer patria";. Esto tiene un símil actual y esta contribución pretende hacer conciencia en el tema y un llamado a la comunidad científica local y a todos los que apoyan su producto fina,l que es la publicación, porque consumir para nosotros en el ámbito bibliográfico es citar, y citar a autores nacionales es también una hermosa labor de engrandecer y evidenciar la ciencia de todos los cubanos, que es nuestra forma de hacer patria.

 

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

1. De Moya F. Sistema de información regional para la generación de indicadores científicos: El Atlas de la Ciencia Iberoamericana. En: VI Congreso Internacional de Informática en Salud Informática 2007. La Habana: Ministerio de la Informática y las Comunicaciones.
2007.

2. Scopus. Disponible en: http://www. scopus.com/overview/what/ [Consultado: 28 de diciembre de 2007].

3. Guzmán MG, Álvarez M, Rodríguez Roche R, Bernardo L, Montes T, Vázquez S, et al. Neutralizing antibodies after infection with Dengue 1 virus. Emerg Infect Dis. 2007;13(2):282-6.

4. The Danish Committeé on Scientific Dishonesty. Disponible en: http://www.forskraad.dk/spec-udv/uvvu/ [Consultado: 28 de diciembre de 2007].

5. Almirall Hernández P, Antelo Pérez J, Ballester Santovenia J, Borrajero Martínez I, Cabrera Hernández A, Calcagno Tey E, et al. Neuropatía epidémica en Cuba. 1992-1994. La Habana: Editorial Ciencias Médicas. 1995.