Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un trabajo publicado en el último número de "The New England Journal of Medicine" concluye que la dieta mediterránea, basada en un elevado consumo de frutas, verduras, legumbres y aceite de oliva, reduce la mortalidad por cualquier causa.



La investigación se ha realizado sobre una muestra de más de 22.000 adultos de Grecia, a los que se ha seguido durante casi cuatro años. El autor principal, Dimitrios Trichopoulos, que trabaja para la Universidad de Atenas y para la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos), señala que aquellos individuos que siguieron de forma más estricta una dieta de tipo mediterráneo presentaron menos probabilidades de morir por cualquier causa en el período de seguimiento que el resto de participantes.



Son muchos los estudios que han sugerido que la dieta es en parte responsable de que los habitantes de la cuenca mediterránea vivan más años que los norteamericanos o que los europeos del norte. En opinión del Dr. Trichopoulos, su estudio va más allá que anteriores investigaciones y "documenta que, al final, la dieta es lo que realmente importa", enfrentándose de este modo a cierto sector científico que se muestra escéptico acerca de los beneficios de la dieta mediterránea.



En la investigación se registraron 275 fallecimientos en los 44 meses de seguimiento. Los resultados muestran que cuanto más fiel se es a la dieta mediterránea menos son las probabilidades de morir por cualquier causa. Entre estos individuos, el riesgo de muerte por causa cardíaca fue un 33% menor, y por cáncer un 24% menos.



Por otro lado, a la hora de determinar si algún componente concreto de la dieta es en mayor medida responsable de la reducción del riesgo de muerte, encontraron que ninguno parece disminuir el riesgo de forma individual, sino sólo cuando se combinan todos entre sí.



No obstante, tanto el autor como un editorial publicado en el mismo número de la revista, advierten que los hábitos alimentarios están cambiando en los países mediterráneos y que la población joven tiende a un mayor consumo de grasas saturadas y carbohidratos refinados, lo que ha conducido a un incremento de la prevalencia de obesidad y a un abandono progresivo de la dieta mediterránea, que tienden a mantener únicamente las generaciones de edades más avanzadas de las zonas rurales. En este sentido, creen necesario educar a los jóvenes acerca de los beneficios de la dieta mediterránea para intentar cambiar sus hábitos alimentarios para que sean más saludables.



New England Journal of Medicine 2003;348:2599-2608