Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un grupo de investigadores informó el lunes que los esguinces de tobillo, las contracturas musculares y otras lesiones menores en las piernas serían una de las mayores, aunque desconocidas, causas de formación de coágulos sanguíneos en las venas.
El riesgo de que se produzcan esos coágulos permanece unas 10 semanas después de que la pierna se lastimó y se debería al daño en las paredes de los vasos sanguíneos o al hecho de que incluso las lesiones menores podrían hacer que las personas permanezcan menos activas, lo que aumenta el desarrollo de coágulos, señalaron los investigadores.
El equipo de Karlijn van Stralen, del Centro Médico de la Universidad de Leiden, en Holanda, indicó que llegó a la conclusión luego de observar a 2 471 pacientes con trombosis venosa, nombre con el que se conoce a esos coágulos, entre 1999 y el 2004.
Los expertos también investigaron a otras 3 534 personas que no tenían ese problema.
Entre los participantes que desarrollaron un coágulo, 289 presentaban lesiones menores que no requerían ni cirugía ni férulas ortopédicas ni reposo.
Esto representó el 11,7% de los 2 471 pacientes con coágulos sanguíneos.
En tanto, solo el 4,4% de las personas que no tenían un coágulo sanguíneo informó lesiones menores en las piernas. Esto sugiere que esa clase de daño triplica el riesgo relativo, concluyeron Van Stralen y sus colegas.
"Dado que las lesiones menores son comunes, podrían ser factores importantes en el surgimiento de la trombosis venosa", escribieron los autores en Archives of Internal Medicine.
Cada año, entre una y tres de cada 1 000 personas desarrollan coágulos sanguíneos que bloquean las venas, generalmente en las piernas o muslos.
Entre las causas reconocidas están la cirugía y la inmovilidad en la región, como la que se produce cuando las personas realizan viajes aéreos prolongados.
El problema puede volverse riesgoso para la vida del paciente si una parte del coágulo se rompe, se traslada hasta los pulmones y bloquea una arteria.
Los médicos que tratan a personas por este tipo de lesiones deberían conocer el riesgo y ayudar a sus pacientes a prevenir los coágulos sanguíneos, por ejemplo simplemente pidiéndoles que se mantengan en movimiento con más frecuencia.
Archives of Internal Medicine: http://archinte.ama-assn.org/


Fuente: Chicago, enero  14/2008 (Reuters)