Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos
El peso excesivo en algunas personas representa un alto riesgo de problemas hepáticos, además de diabetes mellitus, enfermedad cardiovascular y hasta ciertos tipos de cáncer, reveló un estudio divulgado por la revista, Obesity. Según científicos del programa Peso óptimo en la vida, del Hospital Pediátrico de Boston (Massachusetts), las dietas ricas en carbohidratos no solo agregan kilos sino que también provocan un aumento de la grasa o la adiposidad hepática. Ese problema puede ocasionar un fallo hepático y la muerte, según el estudio efectuado en ratones de laboratorio. De confirmarse el mismo efecto en los seres humanos, el problema de la adiposidad hepática podría prevenirse mediante cambios en la dieta, señalaron los científicos. La influencia de la obesidad en la adiposidad hepática fue constatada en un estudio en el que se administró a un grupo de ratones una dieta de alto contenido glicémico, es decir pan blanco, arroz blanco, cereales que elevan con rapidez el contenido de azúcar en sangre. Otro grupo de ratones recibió alimentos de bajo contenido glicémico como verduras, frutas, granos no procesados que aumentan el nivel de azúcar lentamente. Después de seis meses, los roedores tenían más o menos el mismo peso. Sin embargo, los de bajo nivel glicémico eran esbeltos y la adiposidad se distribuía de manera pareja en todo su cuerpo. En los que habían recibido la otra dieta, la grasa se había duplicado no solo en su cuerpo sino que también en la sangre y en el hígado. El azúcar de alto contenido glicémico aumenta la producción de insulina, una hormona que ordena al cuerpo que genere y almacene grasa. Esto se siente más en el hígado, porque el páncreas, que produce la insulina, vierte la hormona directamente en ese órgano y allí la concentración adiposa puede ser mayor que en cualquier otra parte del cuerpo, según los científicos. El aumento de la grasa o adiposidad en el hígado no tiene síntomas, pero aumenta el peligro de inflamación la cual puede convertirse en cirrosis. “Esta es una epidemia silenciosa y muy peligrosa”, señaló David Ludwig, director del programa. “Como ocurrió cuando la diabetes mellitus tipo 2 estalló en nuestras conciencias en el decenio de 1990, lo mismo podría ocurrir con la adiposidad hepática en la próxima década”, agregó. |