Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Investigadores del Centro de Cáncer M. D. Anderson de la Universidad de Texas en Houston (Estados Unidos) han modificado un virus y han conseguido que destruya las células madre de tumor cerebral que resisten a otras terapias y que provocan que vuelva a desarrollarse el cáncer tras la cirugía con consecuencias mortales. Las conclusiones de la investigación se publican en la revista Journal of the National Cancer Institute.

El virus se probó contra el tumor cerebral más agresivo, el glioblastoma multiforme, que se origina en las células gliales que rodean y dan soporte a las neuronas. Este tipo de cáncer, muy resistente a los tratamientos de radiación y quimioterapia y tan invasivo que la cirugía casi nunca consigue eliminarlo, produce la muerte del paciente que vive alrededor de 14 meses gracias al tratamiento.

Los investigadores crearon el virus Delta-24-RGD para que se dirigiera a un punto débil de las células tumorales y para que no se replicara en las células sanas. En 2003 mostraron que el virus era capaz de eliminar el tumor en un modelo experimental, recuperándose el 60 por ciento de los individuos que recibían inyecciones directamente en el cáncer. El virus se extendía en los tumores hasta que eliminaba todas las células cancerosas para después morir.

Para su trabajo los científicos implantaron en el cerebro de animales vivos células madre de glioblastoma multiforme humano, que el virus ya había conseguido eliminar 'in vitro' en el laboratorio, y trataron los tumores que se desarrollaron con inyecciones de Delta-24-RGD. Los sujetos no tratados tenían una supervivencia media de 38,5 días, mientras que en los tratados con las inyecciones, la vida se extendía hasta 66 días. Dos de los ocho individuos tratados sobrevivieron hasta 92 días, hasta el final del experimento, sin mostrar síntomas neurológicos.

Según explica Juan Fueyo, director del estudio, es necesario ser cautos ya que un modelo experimental no representa por completo a los humanos pero señala que los tumores que crecieron a partir de estas células madre se parecen mucho a los tumores observados en los pacientes humanos, lo que supone un descubrimiento esperanzador.

La actuación de este virus se aprovecha de que la proteína retinoblastoma (Rb) suele fallar o funcionar de forma defectuosa en los tumores cerebrales, y así permite que al Delta-24-RGD le resulte más fácil introducirse en el tumor y reproducirse en sus células. Tras esto, el virus provoca la autofagia de las células ya que éstas utilizan dicho mecanismo como defensa para protegerse del ataque sufrido.

Los adenovirus que atacan a las células normales emplean su propia proteína, E1A, para contrarrestar las medidas defensivas del retinoblastoma. Para que el virus se mantuviera fuera de las células normales, los investigadores eliminaron una pequeña parte del gen que produce E1A.

La investigación ha demostrado que las células madre del tumor cerebral son el origen del cáncer, ya que resisten a la quimioterapia y la radiación que reciben los pacientes para luego proseguir con el crecimiento renovado del tumor después de la cirugía, según Fueyo, de ahí que decidieran probar Delta-24-RGD contra células madre de glioma y tumores nacidos de ellos.

El siguiente paso, según los expertos, será el de observar si las células mueren defendiéndose del virus o no, ya que se puede perfeccionar para que bloquee la autofagia y acelere el proceso.