Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una nueva generación de stents -unas estructuras que sirven para mantener abiertos los vasos sanguíneos obstruidos- consigue mejorar los resultados de las intervenciones quirúrgicas al corazón.
Así lo afirmó el cardiólogo austriaco Otmar Pachinger, de la Universidad de Innsbruck, durante el Congreso Europeo de Cardiología que se celebra en Viena con la participación de unos 25 mil delegados de todo el Viejo Continente.
El experto recordó que los nuevos stents están programados para disolverse a largo plazo por sí solos dentro del cuerpo. Los dispositivos, inicialmente unas estructuras de alambre metálico, deben impedir que las coronarias dilatadas en una intervención quirúrgica vuelvan a cerrarse posteriormente.
Un progreso lo constituyen los stents recubiertos, cuya capa exterior contiene en parte un medicamento para evitar la recaída de una enfermedad, aunque en algunos pacientes esos dispositivos pueden provocar trombosis.
El debate en torno a estas cuestiones suscitó vehementes discusiones en el Congreso del año pasado, celebrado en Barcelona (España), ya que la producción de stents representa un negocio millonario.
El experto polaco Pawel Buszman informó al foro sobre un estudio con stents revestidos, que mostraba una tasa de infartos baja, del 1,9 %. Otro proyecto, que se halla en una fase de desarrollo, son los stents revestidos de magnesio que se disuelven totalmente en el corazón. Pero hay indicios que éstos se disuelven con demasiada rapidez, puesto que el 24 % de los pacientes examinados mostraba ya nuevas obturaciones después de cuatro meses, según reveló Dirk Boese, del Centro Cardíaco de Essen (Alemania).