Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La pobreza y el paludismo van de la mano en las comunidades negras de la frontera entre Colombia y Ecuador, situación que ha llevado a que los países andinos fortalezcan su integración a partir de las necesidades y se unan en el combate de esta enfermedad.
El paludismo aún representa un grave problema de salud pública y una limitación para el desarrollo de la mayoría de los países de la Comunidad Andina o Comunidad Andina de Naciones (CAN) y otras naciones suramericanas como Brasil, Guayana y Surinam, que a partir de enfermedades como esa, unifican sus estrategias para combatirla.
La infancia en las zonas fronterizas del Pacífico y la Amazonía es el principal sector de la población en el que se presentan los casos de paludismo y por ende los esfuerzos para combatirla están destinados en buena medida a los menores, con juegos y actividades lúdicas en las que les explican como ayudar a su disminución.
El director del Proyecto Pamafro del Organismo Andino de la Salud, el peruano Alejandro Llanos, aseguró a EFE que dado que las fronteras andinas son muy dinámicas en cuanto a desplazamientos fue necesario uniformizar los criterios y estrategias para su lucha.
“Queremos integrar a las poblaciones porque este proceso de integración del Pacto Andino hasta el momento es un cuento, lo que ha faltado es integrar a las comunidades a partir de las necesidades y ahí si nos integramos. Las necesidades nos unen”, señaló el médico especialista en Enfermedades Tropicales.
Asimismo, afirmó que en las fronteras de los países en los que esta presente el proyecto (Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela), el departamento peruano de Loreto es donde se presentan los mayores casos de paludismo con un total de 28 000 en el año 2006.
El funcionario, también agregó que en lo que va de año ese número ha disminuido gracias al manejo adecuado de las aguas estancadas, el uso de toldillos y el trabajo de los líderes comunitarios.
Sin embargo, el país que tiene el mayor número de casos en general es Colombia con 119 157 en total, seguido de Perú con 68 348, Ecuador 51 659 y Venezuela con 30 155.
Uno de los principales inconvenientes en la lucha contra el paludismo es el manejo inadecuado que se le da al agua en las zonas fronterizas, especialmente en la zona del Pacífico, en donde se hallan varios focos para que se propague el mosquito Anopheles - la especie Anopheles gambiae-.De ahí que el trabajo que realizan los gobiernos locales este encaminado a mejorar los acueductos y el tratamiento de las aguas residuales.
El Alcalde de Tumaco (departamento de Nariño, suroeste), Nilo del Castillo, señaló a EFE que gran parte de los esfuerzos se dedican a mejorar las aguas estancadas y a rellenar varios de los lugares donde se empoza el agua y cría el mosquito trasmisor.
“El acueducto en la ciudad le llega a un 90 % de la población en el casco urbano no en condiciones buenas y en la zona rural es nulo, mientras el alcantarillado es solo para el aguas de las lluvias”, dijo el funcionario.
Asimismo, se ha buscado capacitar a las comunidades para que participen en todos los procesos de control del paludismo, con la ayuda de las autoridades locales de Tumaco, Colombia por ser este el sitio donde mayores casos se presentan en Colombia.
Otro de los principales factores que contribuye a su propagación es el manejo de los desperdicios y basuras en los barrios marginales donde acostumbran a tirar al mar o en las aguas estancadas las basuras.
La vecina provincia de Esmeraldas en Ecuador y el Puerto de Ayacucho en Venezuela son los sitios donde se registran también buena parte de las picaduras del mosquito trasmisor.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el paludismo es una enfermedad común y potencialmente mortal que afecta en la actualidad a más de 100 países, cada año unos 500 millones de personas sufren paludismo agudo, lo que se traduce en más de un millón de muertes por la enfermedad.