Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un estudio dirigido por científicos del Instituto Catalán de Oncología (ICO) que se ha publicado en el "American Journal of Clinical Nutrition" demuestra el importante efecto que ejerce la alimentación en el organismo y los beneficios de un consumo elevado de fruta y verdura.

El estudio, que forma parte del proyecto europeo EPIC, se ha basado en el seguimiento de la cohorte española formada por 41.358 individuos (15.610 varones y 25.748 mujeres) de Asturias, Guipúzcoa, Navarra, Granada y Murcia de entre 30 y 69 años durante 6,5 años. En este periodo murieron 562 participantes: 295 por cáncer, 123 por enfermedades cardiovasculares, 66 por causas externas, principalmente accidentes, y 31 por problemas respiratorios o digestivos.

La población estudiada ingería de media 224,2 gramos de verdura (que equivale a un plato de verdura o de ensalada) y 275,8 gramos de fruta fresca (dos piezas de fruta) cada día. Sin embargo, las diferencias entre grupos eran muy acentuadas, lo que puede explicar la diferente tasa de mortalidad. Así, el 25% de población con una dieta menos sana comía de promedio tan sólo 92,9 gramos de vegetales y 73,2 g de fruta fresca al día; mientras que el 25% que comía más, realizaba una ingesta diaria de 453,3 gramos de verdura y 624,5 de fruta fresca.

Después de ajustar los resultados según la edad, el sexo, los estilos de vida y la alimentación, los investigadores observaron una relación directa entre un mayor consumo de vegetales y fruta y una menor mortalidad. En concreto, de toda la población, el 25% que consume más fruta y verdura tiene un índice de mortalidad global hasta un 30% inferior que el 25% de la población que consume menos vegetales.

Esta diferencia es consecuencia de que el grupo con una dieta más rica en verdura tiene una menor incidencia de cáncer, patología cardiovascular, complicaciones respiratorias y diabetes.

El trabajo, dirigido por el Dr. Antonio Agudo, atribuye las importantes diferencias al papel de los compuestos antioxidantes presentes en la fruta y la verdura. "El organismo está sometido a agentes oxidantes que promueven las mutaciones, el envejecimiento y la muerte celular. Los compuestos antioxidantes, por otro lado, contrarrestan este daño", según explica el Dr. Carlos Alberto González Svatetz, del Servicio de Epidemiología y Registro del Cáncer del ICO y coordinador del proyecto EPIC España.

Los principales agentes antioxidantes relacionados con la reducción de la mortalidad global son la vitamina C y la provitamina A. El estudio también demuestra el destacado efecto protector sobre la salud que ejerce el licopeno, un carotinoide del tomate. "Hasta ahora se había relacionado con la prevención del cáncer de próstata, pero ahora hemos visto que interviene en la reducción de la mortalidad global", ha afirmado el Dr. González. Por otro lado, otro trabajo del equipo de este investigador, que se publica en el "International Journal of Cancer" ha encontrado que la fibra presente en los cereales ejerce un efecto protector frente al cáncer gástrico.

En este caso se examinó la asociación entre dieta y cáncer en 435.000 personas de diez países europeos que participan en el proyecto EPIC. Los individuos, de entre 25 y 70 años, se sometieron a un seguimiento de 6,7 años. Durante este tiempo se produjeron 312 casos de cáncer gástrico.

Los investigadores han visto que las fibras presentes en las frutas y las verduras no confieren una protección especial frente al cáncer gástrico. No obstante, las personas con un consumo elevado de fibras de cereales tenían un riesgo de desarrollar este tumor un 30% menor que el resto de la población.

Estos estudios se suman a trabajos anteriores del EPIC que correlacionan el consumo de fibra con un menor riesgo de cáncer. Por ejemplo, un artículo publicado anteriormente, en el que también participó el ICO, concluyó que un elevado consumo de fibra está asociado a un menor riesgo de cáncer de colon y recto.