Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Hasta una tercera parte de los componentes químicos orgánicos en uso podrían superar los niveles de toxicidad en las cadenas alimentarias, según sugiere un estudio de la Universidad Simon Fraser en Burnaby (Canadá) que se publica en la revista Science.

Según los investigadores, los estándares actuales evalúan los componentes químicos con sus posibles riesgos para la salud sobre la base de la exposición en caso de que amenacen la vida cuando se acumulan en los organismos. Sin embargo, el grado de exposición podría ser mucho mayor de lo que se estima en la actualidad en clases importantes de componentes químicos que podrían causar efectos sobre la salud desconocidos, algo que podría estar sucediendo en una tercera parte de los componentes orgánicos en uso.

Los científicos explican que las autoridades reguladoras ahora identifican a los componentes como peligrosos si alcanzan un rango situado en un sexto lugar de solubilidad en grasas y repelencia al agua en la cadena de alimentación acuática. Estos componentes químicos incluyen los bifenilos policlorados (PCB) y los DDT.

Los investigadores, dirigidos por Barry C. Kelly, descubrieron que una gran cantidad de componentes químicos que se encuentran muy por debajo del rango sexto estándar no muestran niveles altos de bioacumulación en las cadenas de alimentación acuáticas pero se encuentran en niveles tóxicos más altos en las cadenas de alimentación de los mamíferos terrestres y marinos, así como en las del ser humano, debido a un proceso llamado 'biomagnificación'.

Los investigadores creen que los mayores niveles de toxicidad están asociados a una tasa baja de eliminación respiratoria en los animales que respiran aire. Los autores hacen un llamamiento para la evaluación reguladora de estos componentes químicos con una menor solubilidad en grasas y repelencia al agua para prevenir los posibles problemas en los ecosistemas y la salud humana.