Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La organización ecologista Greenpeace difundió los resultados de un estudio en el que se manifiesta que el maíz transgénico NK603, fabricado por la estadounidense Monsanto y aprobado en la Unión Europea (UE) en julio del 2004, es potencialmente tóxico.
Los laboratorios del Comité de Investigación e Información Independientes sobre Ingeniería Genética (CRIIGEN) de París han probado el producto en ratones y comprobado que, tras un plazo de 90 días, presentan hasta 60 anomalías biológicas, según un comunicado de Greenpeace.
Los animales sufrieron alteraciones en el tamaño del hígado, el cerebro, el corazón o los riñones, y presentaban significativas diferencias de peso en relación con los alimentados con maíz normal.
"Esto podría ser una señal de alerta de toxicidad, pero no ha sido investigado a fondo", afirma la organización.
El NK603 es un tipo de maíz genéticamente modificado para aumentar su tolerancia a cierto tipo de herbicida y fue inspeccionado por la Comisión Europea para su venta en la Unión en julio del 2004.
"Nos preocupa que las semillas y alimentos genéticamente modificadas reciban la “luz verde” de la UE pese a las alarmantes anomalías que generan en animales en un periodo de pruebas extremadamente breve. Nosotros vamos a tener que consumirlo durante años", afirmó el asesor de Greenpeace para los productos transgénicos, Marco Contiero.
Los mencionados laboratorios franceses han cuestionado, además, la validez de las evaluaciones de riesgo proporcionadas por Monsanto para obtener la autorización de la Comisión Europea.
Los científicos de la empresa estadounidense, según Greenpeace, no ponían en duda que el consumo de este producto generase cambios en los animales, pero consideraban que tales alteraciones no son "biológicamente significativas".
sta es la segunda ocasión en la que Greenpeace difunde estudios científicos que ponen en duda la inocuidad de productos de Monsanto autorizados en la Unión Europea.
El pasado marzo, denunció que el maíz MON863 también genera muestras de toxicidad en los riñones y el hígado de los ratones de laboratorio.
Greenpeace reclamó la retirada del maíz NK603 y la suspensión de todas las autorizaciones de productos genéticamente modificados hasta que el sistema de evaluación de riesgos de la UE, que se basa en los informes que proporcionan los propios fabricantes, sea revisado.