Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los 193 países de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobaron la elaboración de un Plan Mundial sobre la Salud de los Trabajadores para el periodo 2008-2017, con el que se busca mejorar la salud general en el entorno laboral y reducir las diferencias entre países.
Durante la 60 Asamblea Mundial de la Salud, que se celebra estos días en Ginebra, los miembros de una de las comisiones de trabajo acordaron el texto de una resolución, remitida el al pleno, en la que se acoge con beneplácito el plan y se insta a todos los países a aplicarlo y evaluar sus resultados.
El objetivo último es que los trabajadores, que son la mitad de la población mundial y los mayores contribuyentes al desarrollo económico y social, mejoren su salud, que no sólo depende de los riesgos en el lugar de trabajo, sino también de factores sociales e individuales.
“Sólo una pequeña minoría de la fuerza de trabajo mundial tiene acceso a servicios de salud ocupacional”, apunta como ejemplo la introducción del plan, donde se añade que “la creciente movilidad internacional de los trabajadores, los productos y las tecnologías puede contribuir a difundir soluciones innovadoras”.
El plan trata todos los aspectos relacionados con la salud de los obreros, incluidas la prevención primaria de los riesgos laborales, protección y promoción de la salud en el lugar de trabajo, condiciones de empleo y mejoras en las respuestas de los sistemas de salud.
Para ello establece algunos principios comunes como que, todos los trabajadores deben poder disfrutar del más alto nivel posible de salud física y mental, condiciones de trabajo favorables o que el lugar de trabajo no debe perjudicar la salud ni el bienestar del trabajador.
El plan fija cinco objetivos:
1- Elaborar y aplicar instrumentos normativos sobre la salud de los trabajadores, para lo que anima a los países a crear entornos normativos destinados a proteger la salud laboral y a fomentar la coordinación intersectorial, financiamiento, movilización de recursos y fortalecimiento de los Ministerios de Salud.
"Los planes de acción nacional sobre salud de trabajadores serán elaborados conjuntamente por los ministerios competentes y otras partes interesadas”, apunta el plan, que insiste en que "es necesario elaborar enfoques nacionales de prevención de enfermedades y lesiones ocupacionales". También insta a reducir al mínimo las diferencias entre los diversos grupos de trabajadores en relación a factores de riesgo y estado de salud, prestando particular atención a los trabajadores de edad avanzada, jóvenes, discapacitados e inmigrantes, así como a las diferencias entre sexos.
2- Proteger y promover la salud en el lugar de trabajo, entre otras medidas, aboga por promulgar normas que aseguren unos requisitos mínimos, fortalecer la inspección sanitaria e introducir prácticas laborales sanas y una cultura de promoción de salud, como fomentar una dieta sana o actividad física.
3- Mejorar el funcionamiento de los servicios de salud ocupacional y el acceso a los mismos, con este objetivo insta a integrar el desarrollo de esos servicios en las estrategias sanitarias nacionales, fijar objetivos de cobertura, mancomunar recursos y garantizar la disponibilidad de personal suficiente y debidamente calificado.
"Es necesario que se presten servicios básicos de salud ocupacional a todos los trabajadores, incluidos los del sector no estructurado, las pymes y sector agrícola”, añade el plan, que anima a promover formación de posgrado específica.
4- Proporcionar datos probatorios para fundamentar las medidas y las prácticas, para lo que propone desarrollar sistemas de vigilancia de salud de los trabajadores a fin de identificar y controlar exactamente los riesgos laborales y reforzar la investigación sobre las necesidades de salud.
5- Integrar la salud de los trabajadores en otras políticas, para animar a colaborar con el sector privado, con el fin de evitar la transferencia internacional de los riesgos laborales y proteger la salud en el lugar de trabajo.
Para alcanzar todos los objetivos, la OMS cree que se requiere “la combinación de medidas, adaptadas a las características y prioridades de cada país” con ámbito nacional y con la intervención activa de trabajadores y empleadores.