Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos
La Federación Internacional de Diabetes (FID) advirtió hoy de la "amenaza" que representa la enfermedad para los sistemas sanitarios mundiales y pidió un acuerdo, similar al de Kyoto, en términos de prevención y manejo de la diabetes, observado por los gobiernos de todo el mundo. "Sólo así podremos prevenir que la diabetes se convierta en un problema de dimensiones catastróficas", advirtió el director del Internacional Diabetes Institute, Paul Zimmet. La FID ha lanzado un nuevo consenso de prevención diabética en el que recomienda a los Gobiernos que identifiquen a todas las personas con riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, mediante cribados por parte de médicos, enfermeros, farmacéuticos y autoauscultación. El pasado mes de diciembre, la ONU pidió una acción internacional concertada frente a la diabetes. Zimmet recordó que la diabetes es responsable de casi 4 millones de fallecimientos al año. Actualmente 246 millones de personas conviven con la diabetes y se estima que esta cifra alcance los 380 millones en 2025, lo cual "minará las economías nacionales", advirtió. En su opinión, la diabetes tipo 2 puede ser prevenida, "pero se requiere una enorme concienciación y acción por parte de los gobiernos para convertirlo en realidad. Pueden lograrlo creando entornos que permitan a las personas modificar sus estilos de vida". Por ello, realizó un llamamiento a todos los países para que refrenden la resolución de la ONU y tengan como objetivo toda la población mediante el desarrollo y la implementación de Planes de Prevención diabética Nacionales. George Alberti, antiguo presidente de la FID y coautor del nuevo consenso de la FID, que se publicará en el número de mayo de "Diabetic Medicine", dijo que estudios en Estados Unidos, Finlandia, China y Japón, revelan que modificaciones del estilo de vida (un peso saludable y moderada actividad física) pueden prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2 en aquellos bajo riesgo. Además de cambios individuales del estilo de vida, la FID reconoce la existencia de influencias del entorno en relación a los patrones de ingesta y actividad física de las comunidades. "Inconscientemente, nuestros gobiernos han contribuido a esta epidemia permitiendo el surgimiento de problemas sociales urbanos", dijo Avi Friedman, de la McGill University de Montreal (Canadá). "La intensificación urbanística incontrolada tiene lugar sin que se preste atención al diseño de los edificios, a la creación de zonas para peatones, para bicicletas, vías para el transporte público, parques y un entorno amigable, aspectos esenciales para que las personas puedan llevar un estilo de vida saludable", señaló. Los Planes de Prevención diabética requieren una acción política coordinada y cambios legislativos en distintos sectores, incluyendo la Sanidad, la Educación, Deportes y Agricultura, así como la formación de relaciones estratégicas. Deben ser culturalmente sensibles y alcanzar y movilizar a todos los sectores de la comunidad, señala. "La diabetes tiene un coste social masivo, y está en manos de los políticos decidir si se siguen gastando millones en atención y medicamentos o si nos ponemos manos a la obra en la promoción de cambios del estilo de vida de la población", concluyó el Prof. Alberti. |