Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El cambio climático pone en peligro algunos de los sitios declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Mundial de la Humanidad, advirtió el organismo.
En un reporte publicado esta semana, la UNESCO resaltó los peligros que se ciernen sobre los sitios culturales y naturales inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial de esa organización.
Un grupo de expertos analizó en el reporte 26 casos de monumentos inscritos en esa lista y descubrió riesgos para la Torre de Londres (Reino Unido), el Parque Nacional del Kilimanjaro (Tanzania) y la Gran Barrera de Coral de Australia.
Los tres lugares constituyen ejemplos representativos de las amenazas que se ciernen sobre los 830 sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial, alertó la UNESCO.
El informe prevé que el cambio climático provocará deterioros sobre los sitios arqueológicos del Patrimonio Mundial, en particular en la Zona Arqueológica de Chan Chan (Perú) y de otros bienes culturales del Patrimonio Mundial ubicados en Canadá y en Rusia.
Las principales amenazas que se ciernen sobre los vestigios arqueológicos derivan de las alteraciones de los ciclos de las precipitaciones lluviosas y las sequías, de la humedad y del nivel de las capas freáticas según los especialistas.
"Las subidas de la temperatura, y más concretamente el deshielo del permafrost en la región del Ártico y la elevación del nivel del mar causarán daños también en el patrimonio arqueológico", insistieron los expertos.
El documento resaltó que las precipitaciones lluviosas derivadas del fenómeno de El Niño están socavando las frágiles construcciones de la antigua capital del Reino Chimu, una de las más importantes ciudades prehispánicas de América ubicada en Chan Chan (Perú).
Según el informe, el ascenso del nivel del mar y las inundaciones causadas por el cambio climático pueden tener efectos devastadores sobre los edificios y el tejido social de las ciudades y asentamientos humanos históricos.
La publicación pone de relieve los casos de varios sitios del Patrimonio Mundial: la "City" de Londres (Reino Unido), la ciudad de Tombuctú (Malí) y el sitio del Uadi Qadisha y el Bosque de Cedros de Dios ambos en el Líbano.
"Hoy en día, la comunidad internacional está ampliamente de acuerdo en estimar que el cambio climático va a constituir uno de los mayores desafíos del siglo XXI", declaró el director general de la UNESCO, Koichiro Matsuura.
En el preámbulo del informe, Matsuura llamó a adoptar "un enfoque integrado de las cuestiones relacionadas con el medio ambiente y el desarrollo sostenible".
El documento, cuyo objetivo era sensibilizar a la opinión pública y movilizar apoyos para preservar el Patrimonio Mundial, consta de cinco capítulos.
El texto trata sobre los glaciares, la biodiversidad marina, la biodiversidad terrestre, los sitios arqueológicos, y las ciudades y asentamientos humanos históricos.
El documento destacó que el derretimiento de los glaciares no sólo está alterando la fisonomía de los sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial sino que además está destruyendo el hábitat de especies salvajes raras, como el leopardo de las nieves de Nepal.
"Esa alteración puede tener también efectos catastróficos para la especie humana, ya que las inundaciones resultantes de los desbordamientos súbitos de los lagos de origen glaciar pueden poner en peligro los asentamientos humanos", según el reporte.
En el informe, los expertos recomendaron el establecimiento de sistemas de vigilancia y alerta temprana, así como el drenaje artificial de esa clase de lagos para tratar de evitar posibles desastres.
El reporte alertó también sobre los efectos del cambio climático en los sitios marinos del Patrimonio Mundial.
Según sus conclusiones, de ahora al año 2100, el 70% de los corales de aguas profundas se verán afectados por las alteraciones resultantes del aumento de las temperaturas y la creciente acidificación de los océanos derivadas del cambio climático.
El problema afectará principalmente a la Gran Barrera de Coral de Australia, que será víctima cada vez más de fenómenos de blanqueo de los corales, provocados por una elevación de la temperatura de las aguas.