Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Según un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association (JAMA), los estudios que analizaron los efectos de las terapias hormonales postmeopáusicas en las enfermedades coronarias dieron resultados variados, dependiendo del tipo de estudio. Hay muchas razones para estas diferencias, por ejemplo, el momento en el que se empieza el tratamiento con hormonas.

Jacques E.Rossouw y otros médicos del Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre (NHLBI) de Bethesda (Estados Unidos), realizaron un análisis secundario de datos procedentes de un ensayo: Iniciativa para la Salud de la Mujer (WHI), para determinar si los efectos de la terapia hormonal sobre las enfermedades cardiovasculares variaban según la edad a la que se comenzaba el tratamiento o la cercanía con la menopausia.

El ensayo WHI incluyó a 10.739 mujeres postmenopáusicas que se habían sometido a una histerectomía; estas mujeres fueron tratadas con estrógenos equinos conjugados o placebo.

Por otra parte, dentro del mismo estudio se incluyó a 16.608 mujeres postmenopáusicas sin histerectomía que fueron tratadas con estrógenos equinos conjugados y acetato de medroxiprogesterona (MPA) o placebo. Las mujeres de ambos ensayos, de 50 a 79 años, fueron reclutadas en 40 centros clínicos estadounidenses entre septiembre de 1993 y octubre de 1998.

Los autores afirman que "aunque no es estadísticamente significativo, estos análisis secundarios sugieren que los efectos de las hormonas sobre las enfermedades coronarias podrían depender de los años que transcurren desde la menopausia y de la presencia de síntomas vasomotores, como los sofocos y sudores, teniendo más riesgo las mujeres que han empezado con la menopausia hace 20 años o más y las mayores de 70 años".

Además, "las ECC tienden a reducirse de manera no significativa en tratamientos con terapias hormonales aplicados a mujeres jóvenes y a mujeres que han empezado la menopausia hace menos de 10 años, y el riesgo de la mortalidad total se reduce en mujeres de 50 a 59 años", explican los autores.

"No tenemos estadísticas significativas para valorar los resultados en mujeres de 50 a 54 años o que llevan menos de 5 años de menopausia. Como ya se ha explicado, los estrógenos equinos conjugados parecen asociados a un menor riesgo de enfermedades coronarias que los estrógenos equinos conjugados más MPA. En gran medida, el riesgo de apoplejía no estuvo influido por los años transcurridos desde la menopausia, la presencia de síntomas vasomotores ni la prescripción de medicamentos, aunque el riesgo de apoplejía no se incrementó en mujeres de 50 a 59 años".