Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los beneficios que confieren los tratamientos con estrógenos frente al ictus podrían depender del momento en el que se comiencen, según un estudio de la Universidad de Washington en Seattle (Estados Unidos) que indica que comenzar con la terapia justo después de la menopausia disminuye los daños cerebrales derivados del derrame cerebral. Las conclusiones de la investigación se publican en la edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Según los investigadores, los estudios recientes que muestran la ausencia de beneficios o un mayor riesgo de ictus en las mujeres que toman estrógenos se contraponen con estudios anteriores que señalaban que la terapia hormonal protege frente al ictus y otras enfermedades asociadas a la edad. Sin embargo, la mayoría de las mujeres en los estudios recientes comenzaron la terapia de estrógenos varios años después de la menopausia, lo que sugiere que el momento en el que se administran los estrógenos podría ser crucial en sus efectos protectores.

Para investigar esta asociación, los científicos utilizaron un modelo experimental al que extirparon los ovarios y administraron estrógenos o bien justo después de la cirugía o después de un periodo de diez semanas.

Según los investigadores, esta terapia administrada diez semanas después no protegió frente a los daños del ictus, mientras que los estrógenos proporcionados inmediatamente después de la cirugía produjeron un menor daño cerebral tras el ictus. Este efecto neuroprotector de la terapia inmediata con estrógenos se asoció también con una reducción de los procesos inflamatorios en el cerebro que son la principal causa de daños por ictus.

Los descubrimientos sugieren según sus autores que, para proporcionar protección contra el ictus en los humanos, la terapia de estrógenos debería comenzar inmediatamente después de la menopausia.