Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Sólo 15 minutos diarios de correr tras una pelota o nadar podrían ser suficientes para evitar que los niños sean obesos, señalaron investigadores estadounidenses y británicos.
Un estudio con 5,500 niños que aceptaron llevar puesto un sensor de movimientos mostró que aquellos participantes que ejercitaban eran menos propensos a tener obesidad, y que los pequeños momentos de actividad intensa serían los más útiles.
Los niños que hacían 15 minutos al día de ejercicio moderado, equivalente a una caminata breve, eran un 50% menos propensos que los niños inactivos a ser obesos, informaron los investigadores en PLoS Medicine, la revista de la Public Library of Science.
“Nuestros datos sugieren que una mayor intensidad de actividad física sería más importante que la actividad total”, escribió el equipo de Andy Ness, de la University of Bristol.
“Este estudio provee una primera evidencia fuerte sobre la relación entre la actividad física y la obesidad en los niños”, dijo en un comunicado Chris Riddoch, de la Bath University de Gran Bretaña, quien trabajó en el estudio.
“Sabemos que la dieta es importante, pero lo que esta investigación nos dice es que no debemos olvidarnos de la actividad física. Realmente fue sorprendente para nosotros cómo incluso las pequeñas cantidades de ejercicio parecen tener resultados drásticos”, agregó Riddoch.
La obesidad está aumentando en muchos países, incluso en Gran Bretaña, el resto de Europa y Estados Unidos, donde el 60% de la población tiene sobrepeso o es obesa.
Si bien esto se debe claramente a una cuestión dada porque las personas consumen más calorías de las que queman, los expertos no coinciden en si es más importante la dieta o el ejercicio, ni qué actividad sería la mejor.
El equipo de Ness estudió a 5,500 niños de un promedio de 12 años, cuyas madres participaban de un estudio más amplio y a largo plazo sobre
la salud. Los niños aceptaron llevar puesto un dispositivo denominado acelerómetro, que mide la actividad total, y se sometieron a controles con rayos X para medir la grasa.
Los investigadores calificaron a los niños con el 10% más alto de masa grasa como obesos.
Cuanto menos ejercicio realizaban los participantes, más propensos eran a padecer obesidad, reveló la investigación.
“Estas asociaciones sugieren que incluso un incremento modesto, de 15 minutos de actividad física moderada a vigorosa, provocaría una importante reducción de la prevalencia de sobrepeso y obesidad”, escribieron los especialistas.