| Los niños y adolescentes que se curan de una leucemia mieloblástica aguda corren un riesgo mayor de desarrollar otro tipo de cáncer 15 años después de haber sido tratados, según un estudio divulgado el martes. La leucemia mieloblástica aguda es la forma de cáncer en la sangre más extendida entre los jóvenes (en Estados Unidos se registran 4 000 nuevos casos por año) y aquella en la que la tasa de curación es más elevada (más de 80%). Pero hasta ahora eran limitados los conocimientos sobre los casos de cáncer en adultos que se habían curado de esta forma de leucemia 15 años antes de aparecer un nuevo tipo de cáncer. El estudio fue realizado por médicos del hospital de niños Saint Jude en Memphis (Tennessee, sur), con 2,169 niños y adolescentes tratados por una leucemia mieloblástica aguda entre 1962 y 1998. Estos pacientes fueron seguidos, en promedio, durante 18,7 años, precisaron los médicos, cuya investigación es divulgada por la Journal of the American Medical Association (JAMA) del 21 de marzo. Estos investigadores descubrieron que, entre los 1,290 enfermos que se curaron por completo, 123 (9,5%) desarrollaron más tarde un segundo cáncer. Este tumor canceroso apareció en 4,17% de estos enfermos 15 años después de curarse de la leucemia mieloblástica aguda. La tasa llega a 5,37% veinte años después de la remisión de la enfermedad y 10,85% treinta años después. “El incremento relativamente rápido de la incidencia de un segundo cáncer 20 años después de una remisión completa de la leucemia mieloblástica aguda es atribuido en gran medida al desarrollo tardío de un tumor cercano al cerebro y a la médula espinal”, subrayan los autores del estudio. Este tipo de tumor, que en general es localizado, se desarrolla muy lentamente. Si no se tiene en cuenta este tumor, la incidencia de desarrollar un segundo cáncer fue de 3,99% quince años después de la curación de la leucemia mieloblástica aguda y de 6,27% treinta años más tarde. En ambos casos, representa un riesgo 13,5 veces mayor que en el resto de la población. |
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