Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una proteína conocida por su función anticancerígena, la proteína p53, promueve también el bronceado de la piel como respuesta a la luz ultravioleta recibida del sol, un mecanismo que parece frenar el desarrollo del melanoma, el tipo de cáncer de piel más común, según un estudio del Instituto del Cáncer Dana-Farber en Boston (Estados Unidos). Las conclusiones de la investigación, que se publican en la revista Cell.

En un estudio anterior, publicado el pasado año, los investigadores descubrieron que la radiación por rayos ultravioleta procedentes del sol provoca que los queratinocitos produzcan y segreguen una hormona llamada alfa-MSH que provoca la producción de melanina por los melanocitos. Los mecanismos de acción que se producen en los queratinocitos para conducir a la producción de alfa-MSH sin embargo, no se conocían.

Los investigadores sabían ya que alfa-MSH se creaba cuando otra proteína, conocida como pro-opiomelanocortina (o POMC) se descomponía. También sabían que la cantidad de POMC en las células ascendía abruptamente cuando eran expuestas a rayos ultravioleta, pero no sabían qué era lo que hacía aumentar la POMC.

Según los investigadores, que p53 participara en este proceso era una posibilidad. Cuando los científicos examinaron la parte del gen de POMC que promueve la producción de la proteína, descubrieron que se correspondía con p53, lo que sugería que cuando p53 encajaba en esta localización se aceleraba la producción de POMC. Además, cuando los investigadores expusieron queratinocitos humanos y de animal a radiación ultravioleta, después de seis horas, los niveles tanto de POMC como de p53 eran mucho mayores de lo normal y los de alfa-MSH superaban en 30 veces lo habitual.

Posteriores estudios aportaron más datos sobre la participación de p53 en el oscurecimiento de la piel. Cuando los investigadores incluyeron p53 en queratinocitos, los niveles de POMC aumentaron de forma destacada. Por otro lado, al administrar radiación ultravioleta en queratinocitos que carecían de p53, la producción de POMC no se producía y la piel no se bronceaba.

La proteína no sólo podría proteger contra los daños en la piel a través de promover su oscurecimiento, sino que también conduciría a la producción de b-endorfina, una proteína que se une a los receptores opiáceos del organismo y que podría estar asociada con sensaciones de placer.

Según los investigadores, estas proteínas podrían suponer un vínculo explícito entre la regulación del bronceado y el estado de ánimo. Esto plantea la cuestión de si la inducción mediada por p53 de b-endorfina participa en la conducta que empuja a tomar el sol, lo que a menudo aumenta los riesgos de cáncer de piel, explican.