Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Hungría ha informado a la Comisión Europea y al Reino Unido que, según su investigación sobre un eventual vínculo entre sus brotes de gripe aviar y el caso británico, éste no podría atribuirse al intercambio y comercio de aves y carne de pollo entre granjas de los dos países.

El portavoz de Sanidad la Comisión Europea, Philip Tod, se refirió este martes a la información que facilitaron ayer por la tarde funcionarios húngaros en una reunión celebrada en Bruselas con funcionarios comunitarios y británicos. Afirmó que "los húngaros han analizado todas las entradas de animales en las granjas" hasta una distancia de 50 kilómetros fuera de la zona de protección que se fijó alrededor de los dos puntos donde se hallaron casos de gripe aviar. Añadió que "en base a una investigación que se remonta a noviembre, no se enviaron aves desde la zona de restricción desde noviembre de 2006".

En virtud de estos hallazgos, Hungría ha determinado que "la carne no puede ser vector de transmisión", dijo Tod, que, sin embargo, apuntó que la investigación aún no ha concluido y que no pueden excluirse otros factores de contagio.

El portavoz señaló que, en primer lugar, es necesario confirmar si el virus de los casos de Hungría es el mismo que el del brote en Reino Unido. Recordó que la semana pasada se consideraba a ambos tipos eran "muy similares", pero que aún se espera "identificar completamente la secuencia genética del virus". "Si, efectivamente, es muy similar, llevaría a pensar que hay un vínculo, pero tampoco prueba cómo un virus se habría transmitido de un país a otro", manifestó.

Hasta que se averigüe el modo de infección, Tod enumeró distintas posibilidades, como las aves silvestres, el comercio o que vehículos o personas hubieran portado el virus consigo. Para el portavoz, todas estas "son opciones de posibles vectores de transmisión y deberán ser examinadas".

El vínculo entre los brotes de gripe aviar que investigan las autoridades de Reino Unido y Hungría se debe a que Londres anunció la semana pasada que la empresa propietaria de la granja de pavos del condado de Suffolk también es dueña de dos granjas en Hungría, situadas fuera del radio de vigilancia en torno a las granjas en las que se detectaron dos brotes en enero.

Según informó Londres a la Comisión y a los Estados miembros, la compañía en cuestión, Bernard Matthews, mantenía actividad comercial de productos avícolas entre ambos países que, aunque se paralizaron ante los casos de gripe aviar, Reino Unido consideró una hipótesis sobre el modo de contagio.

Con respecto a la actividad de compañías en estos casos, Tod señaló que es competencia exclusiva de los Estados miembros actuar contra aquellos operadores que no cumplan la legislación comunitaria en materia de prevención de gripe aviar.

En último extremo, Bruselas solamente intervendría en el caso de incumplimiento "continuado", pero no contra la empresa, sino contra el Estado miembro en cuestión, por no hacer cumplir las reglas de la UE, explicó.