Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La exposición al humo del tabaco en el trabajo, en el domicilio o en cualquier otro lugar supone un aumento desproporcionado de los marcadores biológicos que indican un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, según un estudio de la Universidad de Nottingham (Reino Unido). Las conclusiones de la investigación se publican en la revista Circulation: Journal of the American Heart Association.

El estudio midió los niveles de nicotina en la sangre de los participantes a través de los niveles de cotinina, el principal metabolito de la nicotina que indica el grado de consumo, para analizar la exposición al tabaco y a sus componentes tóxicos. Los investigadores también controlaron si las personas expuestas a este tabaquismo pasivo tenían niveles elevados de fibrinógeno, homocisteína y proteína C reactiva, todos ellos indicadores de enfermedad cardiovascular.

Los datos examinados proceden de la tercera fase de un estudio nacional sobre salud y nutrición (NHANES III) en el que participaban 7.599 adultos que no habían fumado nunca. El 68 por ciento de los participantes eran mujeres y tenían una edad media de 38 años.

Los investigadores descubrieron que los grupos de participantes en los que se detectaron niveles de cotinina tenían niveles más elevados de fibrinógeno y homocisteína que el grupo en el que no se detectó el metabolito.
Según Andrea Venn, autor principal del estudio, "los mayores niveles de fibrinógeno y homocisteína observados en relación a la exposición al humo del tabaco fueron equivalentes a alrededor del 30 al 45 por ciento de los que se dan en los fumadores activos".

Según sus autores, el trabajo muestra que incluso los niveles más bajos de exposición en los fumadores pasivos podrían estar asociados con aumentos apreciables en el riesgo cardiovascular. Las asociaciones con los niveles de fibrinogeno y homocisteína observados en el estudio se traducen en un aumento del riesgo de enfermedad del cinco por ciento, aunque el efecto combinado debido a otros procesos es probable que lo acerquen al 30 por ciento, señala Venn.

Según el investigador, incluso cuando los participantes no estaban expuestos al humo del tabaco en sus casas o en el trabajo, muchos tenían niveles de cotinina en sangre. Esto podría deberse, explica Venn, a que estas personas se ven expuestas en bares o restaurantes o bien en casas de otras personas.