Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Miles de pavos fueron incinerados el lunes en un criadero del este de Inglaterra infectado con el virus H5N1 de la gripe aviar, mientras las autoridades multiplicaron las llamadas al público a no alarmarse y la industria aviaria anticipa millonarias pérdidas.
Al mismo tiempo, algunos países, entre ellos Rusia y Japón, anunciaron ya que suspenderán ciertas importaciones de aves procedentes de Gran Bretaña, aunque el comisario europeo de la Salud, Markos Kyprianou, pidió a terceros países no adoptar ninguna medida de embargo contra un país de la Unión Europea (UE).
Un equipo de 30 personas debía incinerar el lunes a unos 159 000 pavos de una de las principales empresas agroalimentarias británicas, Bernard Matthews, que se encuentra en Holton, condado de Suffolk, y que es la primera de Gran Bretaña en verse infectada por la cepa altamente patógena de la gripe aviar.
El ministro británico del Medio Ambiente, David Miliband, intentó por su parte apaciguar temores, recalcando que los expertos consideran que la presencia del virus H5N1 de la gripe aviar en una granja de Inglaterra presentaba un riesgo “mínimo” para la salud pública.
El riesgo de una transmisión a los seres humanos “es considerado por los expertos de la salud como mínimo”, declaró Miliband este lunes en el Parlamento británico, que descartó cualquier peligro vinculado al consumo de carne de aves.
Miliband reafirmó que todavía no se conoce la causa de la aparición en Suffolk del virus de la cepa H5N1 de la gripe aviar, que es letal para las aves y también mortal para el hombre, y que tiende a transmitirse a través de las aves migratorias infectadas.
Pero los especialistas investigan posibles vínculos entre la aparición de ese virus en un criadero con la reaparición en una granja de Hungría del virus, que no había sido detectado en Europa desde hacía casi seis meses.
El virus hallado en Inglaterra pertenece a la misma cepa patógena asiática hallada el mes pasado en una granja de gansos en Hungría, indicó el departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA en inglés).
Bernard Matthews estima que sus pérdidas se elevarán en cientos de miles de libras y la industria avícola británica teme las repercusiones de la aparición del virus en Inglaterra.
La alarma se desató el jueves por la noche, cuando el criadero informó a los servicios veterinarios gubernamentales británicos de la muerte sospechosa en más de 2,600 pavos.
Un responsable de DEFRA, Ben Bradshaw, insistió que no había “absolutamente” ningún peligro para la población en comer carne de aves, al tiempo que defendió la reacción del gobierno a la aparición del virus, que ha recibido críticas.
“Los que critican que el gobierno no reaccionó con suficiente rapidez están equivocados”, dijo el responsable, afirmando que los consumidores británicos “son mucho más sensatos y menos histéricos que los de otros países, porque saben que no corren ningún riesgo al comer carnes de aves”.
Un portavoz de la compañía Bernard Matthews subrayó en una nota que “ninguna de las aves afectadas formó parte de la cadena alimentaria” y “no hay peligro para los consumidores”.
Al mismo tiempo, las autoridades han incrementado sus restricciones al traslado de aves de corral, para evitar la propagación de la gripe aviaria.
Unas 165 personas han muerto en el mundo desde el 2003 a causa de este virus, la mayoría de ellas en Asia.
Los empleados de Bernard Matthews, que dispone también de una fábrica de procesamiento de carne en el lugar, recibieron medicamentos contra el virus, al igual que el personal encargado de sacrificar a los animales.
Francia decidió reforzar las medidas de vigilancia y de protección de las aves, indicó el lunes en la noche el Ministerio de Agricultura francés en un comunicado.

Fuente: Holton, Reino Unido, febrero 5/2007 (AFP)