Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un equipo de científicos españoles estudia el uso de células dendríticas cargadas con minúsculas partículas magnéticas para el diagnóstico y tratamiento del cáncer, una nueva vía de investigación que podría suponer una terapia no invasiva para la destrucción de los tumores.
En el proyecto, presentado el viernes, participan más de 20 científicos del Instituto de Nanociencia de Aragón (INA) y del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza entre médicos, químicos, bioquímicos, físicos e ingenieros. El objetivo es buscar terapias contra los tumores cancerígenos mediante la ayuda de la nanotecnología y el magnetismo.
Tras un año de trabajo en laboratorio los científicos han conseguido cargar células dendríticas humanas con nanopartículas magnéticas de óxidos de hierro y demostrar que no se mueren y que se pueden detectar por medios externos, explicó en rueda de prensa el catedrático Alejandro Tres, responsable del estudio en el servicio de Oncología del Hospital Clínico.
En una segunda fase, que ya se desarrolla también en laboratorio, se utilizan campos magnéticos para hacer “vibrar” esas nanopartículas, aumentar su temperatura y destruir el tumor.
Las dendríticas son células del sistema inmunológico que se incorporan al tejido vascular que generan a gran velocidad los tumores para alimentarse del flujo sanguíneo del organismo, crecer y desarrollarse, dijo Tres. Su función en el sistema inmunológico es como la de un policía, ya que “avisa” la entrada de una infección y da la “alarma” para que se produzca el rechazo y la eliminación de las mismas, agregó este catedrático de la Universidad de Zaragoza.
En el estudio presentado el viernes informó que se pretende aprovechar la capacidad del tumor de “esclavizar” las células dendríticas para usarlas en beneficio propio, constituyendo las paredes de los nuevos vasos, para introducir en el tumor nanoparticulas que puedan servir para detectar y destruir el tumor como “un caballo de Troya contra el cáncer”.
Ahora, tras los resultados conseguidos en este último año con células dendríticas en laboratorio, se comenzará a trabajar con ratones y si los resultados son positivos, en un futuro todavía por definir se ensayará con seres humanos.
El director del Instituto de Nanociencia de Aragón, Ricardo Ibarra, destacó la relevancia de la aplicación de nanopartículas magnéticas a la Biomedicina, una línea de investigación con gran auge, e informó que actualmente existen una media docena de ensayos clínicos de este tipo en Alemania y Estados Unidos.
Ibarra agregó que la particularidad del proyecto que se desarrolla entre el INA y la Universidad de Zaragoza y que se beneficiará con la llegada del microscopio Titán, es la utilización de las células dendríticas. El objetivo final del mismo sería poder inyectar a un paciente con un tumor cancerígeno incipiente, minúsculos imanes que mediante técnicas químicas, se camuflarían como si fueran eritrocitos (glóbulos rojos) para engañar al sistema inmunológico. Además, la superficie de estos nano-imanes contiene moléculas específicas que tienen afinidad con las células tumorales.
Como el tamaño de estos objetos es menor que 50 nanómetros (50 millonésimas partes de un milímetro), podrán atravesar la pared de los vasos capilares y llegarán esencialmente a cualquier órgano interno, fijándose en aquellos que estuvieran comprometidos con células tumorales.
Una vez fijas sobre las superficies de las células malignas, la simple aplicación de un campo magnético externo oscilante (de modo análogo a como se hace en una resonancia magnética) por la técnica denominada hipertermia magnética elevará en algunos grados la temperatura de estas partículas y de las células adheridas, eliminándolas y dejando intacto el tejido normal circundante.