Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un grupo de científicos de varias universidades británicas ha advertido al gobierno que impedirá avances en la terapia de enfermedades hasta ahora incurables si les niega la autorización para crear embriones de humanos y animales. La investigación en cuestión consiste en transferir núcleos que contienen ADN de células humanas, por ejemplo de la piel, a óvulos de vacas a las que se ha extraído previamente casi toda su información genética.
Los embriones resultantes son en más de un 99% humanos y sólo contienen un mínimo componente animal.
Los científicos quieren extraer células de embriones analizando su potencial para el tratamiento de enfermedades degenerativas del hombre como el mal de Parkinson o el Alzheimer.
El gobierno de Tony Blair publicó, sin embargo, el mes pasado un documento que propone ilegalizar ese tipo de experimentos, y el tema será por la llamada Agencia para la Fecundación y la Embriología Humanas.
Científicos de la Segunda Universidad Médica de Shangai (China) crearon supuestamente en el 2003 el primer híbrido de ser humano y animal, bautizado oportunamente “quimera”, mediante la fusión de células humanas con óvulos de coneja.
Alarmados por la propuesta gubernamental, los científicos británicos se han dirigido al Ministerio de Sanidad y a la citada Agencia para la Fecundación Humana para advertirle que, de convertirse en ley, se privará a los investigadores de un poderoso instrumento de investigación médica.
El proyecto en cuestión no entrará en vigor hasta dentro de al menos un año, pero amenaza con frustrar los trabajos de tres grupos de investigadores que quieren utilizar esa técnica, dos de los cuales han solicitado ya la oportuna autorización.
Según el profesor Chris Shaw, del Kings College, de Londres, investigador de los desórdenes de la neurona motriz, ese tipo de experimentos podrían beneficiar un día a “miles de pacientes británicos que padecen condiciones neurológicas degenerativas”.
“Clausurar esa vía de investigación constituye frenar la posibilidad de encontrar la cura o mejorar la calidad de vida de los pacientes que lo buscan”. “Ninguna de esas enfermedades es curable actualmente”, afirma Shaw, citado el vienes por el diario The Times.
Stephen Minger, director de otro equipo del Kings College londinense que estudia las enfermedades de Parkinson, Alzheimer y la atrofia espinal, acusó por su parte al gobierno de “miopía” y dijo no entender cómo se había llegado a esa decisión.
Ian Wilmut, de la Universidad de Edimburgo, que estuvo a la cabeza del equipo creador de Dolly, la oveja clonada, calificó la propuesta de “una auténtica vergenza para los pacientes y la ciencia británica”.
Según Wilmut, “es un área en la que el Reino Unido lleva la delantera y si se prohíbe utilizar oocitos, estaremos en desventaja”.
Otros científicos que han protestado son la profesora Anne McLaren, de la Universidad de Cambridge, y el doctor Lyle Armstrong, de la Universidad de Newcastle, cuyo equipo es uno de los que ha solicitado autorización para crear tales híbridos.
Según Armstrong, el número de óvulos que pueden extraerse de fuentes animales es “mucho mayor” que si se recurre sólo a los humanos.
En cualquier matadero del Reino Unido pueden extraerse hasta 200 óvulos de vaca al día mientras que sólo es posible obtener dos o tres óvulos humanos de buena calidad en todo un mes, explica el experto.
La profesora McLaren señaló por su parte que no se trata de crear “quimeras” sino de insertar material humano en un óvulo animal “vacío” para crear un embrión humano y una línea de células madre.
Mientras tanto, un portavoz del ministerio de Sanidad explicó que las propuestas se publicaron tras una amplia consulta popular que indicó la existencia de un amplio apoyo a la creación de híbridos de animales y humanos para la investigación y agregó que el asunto se someterá en cualquier caso a debate en el Parlamento.