Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Cuba alcanzó en el 2006 la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia con ¡5,3! por cada mil nacidos vivos, cifra que nos ratifica como el país líder de América Latina en tan importante indicador, considerado internacionalmente un reflejo del estado de salud de la población y del desarrollo sociocultural logrado.

Dicho valor coloca a la mayor de las Antillas dentro de las treinta naciones del mundo con menos probabilidad de muerte para sus niños desde el momento de nacer hasta que cumplen el primer año de vida. En el ámbito general de las Américas, solo Canadá tiene una tasa inferior a la de Cuba.

Según los datos ofrecidos a este diario por la Dirección Nacional de Estadísticas del Ministerio de Salud Pública, las provincias con más baja mortalidad infantil en el 2006 son Holguín (3,8), Camagüey (4,3), Granma y Matanzas (4,4). Especial reconocimiento merece Ciudad de La Habana, que de una tasa de 6,7 en el 2005, ahora registró 4,9.

Muestra palpable de la equidad del sistema sanitario cubano, caracterizado por su universalidad, gratuidad y plena accesibilidad en cualquier rincón del archipiélago, es que nueve provincias muestran tasas por debajo de la media nacional.

Si analizamos el comportamiento de este indicador desde 1995 a la fecha, vemos que durante ese periodo la mortalidad infantil en menores de un año se redujo en un 43,6%.

Estos inobjetables éxitos tienen lugar en medio de la intensificación del férreo bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto hace más de 45 años por el gobierno de los Estados Unidos, y son el fruto de una real decisión política del Estado cubano de priorizar la salud materno infantil, y de la abnegación de médicos y enfermeras de la familia, ginecobstetras, pediatras, genetistas y otros muchos trabajadores del sector, sin olvidar el apoyo de los factores de la comunidad y la propia familia.

Vale destacar que a los ya habituales cuidados y servicios especializados brindados en Cuba a toda gestante y al niño recién nacido (en el primer año de vida son inmunizados de forma progresiva contra 13 enfermedades), durante el 2006 se incorporaron tres nuevas pruebas para el pesquisaje prenatal del déficit de biotinidasa, la hiperplasia adrenal congénita y la galactosemia, enfermedades genéticas capaces de comprometer la salud del infante.

También desempeñó un papel importante en el descenso de la mortalidad la introducción de modernas tecnologías en los servicios de terapia pediátrica y neonatal, y el perfeccionamiento del trabajo integrado del Cardiocentro William Soler y el Centro Nacional de Genética, encaminado al diagnóstico prenatal de las cardiopatías congénitas.

La lactancia materna es esencial para la salud del niño

Ello propició el asesoramiento genético y la precoz corrección quirúrgica de aquellos casos que lo requirieron, operaciones que debido a su complejidad y elevado costo son prohibitivas para millones de familias en el planeta.

La propia Dirección Nacional de Estadísticas del MINSAP informó que en el año recién concluido, las principales causas de muerte en los niños cubanos menores de un año fueron las afecciones perinatales (ocurren en los primeros días de vida), como hipoxia, enfermedad de la membrana hialina, y broncoaspiración del líquido amniótico meconial, patrón similar al de los países más desarrollados del mundo.

Sin duda, la tasa de mortalidad infantil de 5,3 por cada mil nacidos vivos es el mejor regalo de nuestros médicos y enfermeras al aniversario 48 del triunfo de la Revolución.

Provincia tasa/1000 nacidos vivos
Pinar del Rio 5,0
La Habana 6,1
Ciudad Habana 4,9
Matanzas 4,4
Villa Clara 4,6
Cienfuegos 5,7
Sancti Spíritu 6,8
Ciego de Avila 9,0
Camagüey 4,3
Las Tunas 4,7
Granma 4,4
Holguín 3,8
Santiago de Cuba 7,9
Guantánamo 4,8
I. de la Juventud 7,3
Promedio 5,3