Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los adolescentes varones tienen más posibilidades de sufrir hipertensión arterial que las niñas de la misma franja etarea, informaron investigadores. Los hombres son generalmente más propensos que las mujeres a sufrir hipertensión arterial de forma crónica, la cual puede llevar a las enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, éste es el primer estudio que resalta las diferencias de género en lo que respecta a hipertensión arterial entre los adolescentes.
"El motivo sigue siendo un misterio aunque podría ser hormonal. Creemos que tiene algo que ver con el inicio de la pubertad en los varones", explicó la doctora Kaberi Dasgupta, autora principal del estudio y médica del Centro de Salud de la Universidad McGill en Montreal.
Los investigadores esperan que estos resultados permitan el desarrollo de medidas más efectivas para prevenir la hipertensión arterial entre los adultos jóvenes varones.
La investigación de cinco años realizó una observación sobre 614 niños y 553 niñas de escuelas en Montreal, Canadá.
Durante el desarrollo del estudio los expertos descubrieron que el riesgo de presión sanguínea sistólica -el número más alto de los dos que comprenden la lectura de la presión arterial- aumentó anualmente un 19% en los varones mientras que se mantuvo estable en las hembras.
Además, el equipo apuntó a la falta de ejercicio y a un estilo de vida sedentario como factor de aumento del riesgo de tener mayor presión sistólica tanto en los hombres como en las mujeres.
"Aún después de ajustar las diferencias de peso corporal, cuanto más participó un niño de conductas activas, menores fueron las probabilidades de desarrollar niveles superiores de presión sanguínea sistólica", señaló Dasgupta.
"Cuantas más horas pasan los niños realizando actividades sedentarias -sentados frente a la computadora, jugando a los videojuegos, conectados a Internet, mirando televisión- mayor es el riesgo de padecer presión sanguínea sistólica alta", agregó la experta.
Los resultados del estudio fueron publicados en Circulation, la revista de la Asociación Americana del Corazón.
Los investigadores son miembros de GENESIS, un grupo canadiense que explora las diferencias de género en la enfermedad cardiovascular.