Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Científicos, investigadores y ecologistas de Mesoamérica propusieron el lunes en Panamá el uso de un lenguaje técnico común, para mejorar la coordinación de acciones frente al cambio climático global.
Víctor Magaña, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó a DPA que el lenguaje es básico para compartir experiencias y generar respuestas rápidas y eficientes, ante complejos escenarios que pueden ser anticipados.
El pronunciamiento del especialista se produjo en el marco de un seminario en la capital panameña dirigido al análisis de la variabilidad, cambio y gestión de los riesgos asociados al clima en países de Mesoamérica, donde han sido identificadas áreas vulnerables a fenómenos meteorológicos.
Magaña subrayó que el cambio climático ha estimulado un interés en la comunicación y el diálogo entre la comunidad científica y los políticos, ya que estos últimos toman decisiones sobre la base de hechos impactantes e indicadores biológicos, físicos y químicos, que influyen en los estilos de vida de la población.
Señaló que en los últimos 20 años los científicos han llevado a los políticos a dar respuestas, como ocurrió con la aprobación del Protocolo de Kyoto. El pacto internacional compromete a los países signatarios a reducir las emisiones de CO2 y otros contaminantes a la atmósfera, que provocan el calentamiento global.
Por su parte, el técnico panameño Israel Torres, de la Unidad de Cambio Climático de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), planteó que el lenguaje común ayuda a entender por qué una sequía prolongada en Australia provoca el aumento del precio de la harina y el pan, debido a la reducción de las cosechas de trigo.
Torres previó que la colaboración centroamericana reforzará los planes de protección de los recursos naturales, como parte de una gestión preventiva de riesgos, como el fenómeno de El Niño, que reduce las precipitaciones en el Pacífico y descarga, en promedio, más lluvias en la vertiente del Caribe.
El beliceño Emil Cherrington, especialista en información geográfica del Centro del Agua del Trópico Húmedo para América Latina y el Caribe (CATHALAC), señaló que el organismo, con sede en Panamá, desarrolló el Sistema Regional de Visualización y Monitoreo (SERVIR), que está al alcance de la región mesoamericana.
El sistema, que tiene como principal socio a la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), de Estados Unidos, permite detectar incendios en la selva, así como la creación de mapas de concentración de plancton, para advertir la presencia de marea roja en el mar, lo que a su vez contribuye a la prevención de accidentes en balnearios y zonas de pesca.
“La visión de los científicos es extender este servicio a los países de Latinoamérica y el Caribe”, acotó Cherrington, para quien la comunicación oportuna es una forma de salvar vidas.