Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La advertencia de una inminente deforestación en el mundo parece exagerada, pues el volumen de los bosques reforestados ha crecido en los últimos dos siglos, según un estudio de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Y aunque se han perdido muchas hectáreas de bosques en países como Brasil, éstas se han recuperado en otros como Chile, España y Estados Unidos, según la investigación financiada por la Academia de Ciencias de Finlandia y la Fundación Nacional de las Ciencias de China.
La tendencia a una pérdida de bosques que pareció registrarse en las últimas décadas podría revertirse en los próximos 30 años, según el estudio que aparecerá publicado el próximo 20 de noviembre.
"Existe una ola de cambio de la deforestación hacia la reforestación que parece haber comenzado hace 200 años en Francia y Alemania", señala el estudio.
A esa reforestación se sumó Estados Unidos y ahora "estamos viendo que los bosques aumentan también en China y en la India", señalan.
Un factor de esta "reforestación" es el mejoramiento de las condiciones económicas en algunos países que han reducido la necesidad que las comunidades rurales corten árboles para subsistir.
A la "reforestación" también han contribuido políticas de los gobiernos destinadas a proteger los recursos forestales y a obligar a las industrias madereras y de la celulosa a plantar nuevos árboles, según el estudio.
En la investigación, realizada por científicos de ciencias y políticas ambientales de la Universidad de Helsinki, los expertos reunieron datos sobre los bosques del mundo entre el período 1990-2005 suministrados por la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de las Naciones Unidas.
Su análisis reveló que en los últimos 15 años la densidad de los bosques y de sus árboles maduros ha aumentado en la mayoría de los países.
Además de Chile, España y Estados Unidos, otros países donde se han registrado aumentos de la superficie forestal son Austria, Bielorrusia, China, República Checa, Finlandia, Francia, India, Italia, Costa de Marfil, Japón, Malasia, Nepal, Noruega, Polonia, Rusia, Suecia, Turquía, Ucrania y Vietnam. Según el informe, la reforestación ha ocurrido en gran medida en naciones de posición económica relativamente buena y con un producto interno bruto (PIB) de al menos 4 600 dólares per cápita.
Donde el fenómeno no ha ocurrido y la deforestación continúa ha sido en Indonesia, Nigeria, Filipinas y en Brasil, según el informe.
Aún así, con la Amazonía, Brasil cuenta con uno de los recursos forestales más grandes del mundo.
Según otros trabajos, la superficie de las selvas vírgenes brasileñas se reduce en una media de 3 millones de hectáreas al año debido al avance de la civilización y de los ganaderos, principalmente. En Indonesia la declinación es de unos 2 millones de hectáreas anuales.
La conclusión que la deforestación no es tan grave como se presumía fue extraída de un estudio que no sólo tuvo en cuenta la superficie cubierta por los árboles sino también la biomasa, es decir la cantidad de material orgánico presente en los bosques o selvas tropicales.
También incluyó el tamaño de los árboles, cantidad, ritmo de crecimiento y sobre todo, su proporción de carbono atmosférico, un factor que incide en el cambio climático.
Según los científicos, la mayor liberación de bióxido de carbono en la atmósfera impulsa el calentamiento global. Pero los árboles absorben ese gas y, por lo tanto, reducen el peligro de un cambio climático.
Los árboles también promueven la biodiversidad, ayudan a reducir la erosión y contribuyen a la economía de los países cuando son convertidos en madera o celulosa para la elaboración de papel.
Según los científicos, si la economía de los países más pobres mejora en las próximas décadas, la tendencia a un aumento de la superficie forestal deberá aumentar en todo el mundo.
"A medida que las naciones se desarrollen, no tendrán que destruir sus bosques. Nadie quiere tirar árboles, nadie quiere la deforestación si es posible sobrevivir por otros medios", según Pekka Kauppi, profesor de Ciencias Ambientales de la Universidad de Helsinki y director del estudio.
"Este trabajo demuestra que todavía hay esperanzas... si China y la India pueden mejorar, ¿por qué no pueden hacerlo Indonesia y Brasil?", preguntó Kauppi.