Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una mala alimentación de la madre durante el embarazo predispone al bebé a tener diabetes mellitus en la vida adulta, según un estudio realizado por científicos alemanes publicado en la revista Circulation (volumen 114, página 1 687).
La resistencia a la insulina ya está presente en el recién nacido y no es necesariamente adquirida durante la vida, demuestra por primera vez la investigación de Berthold Hocher, del Centro de Investigaciones Cardíacas y Circulatorias del Hospital Charité de Berlín.
Con frecuencia la resistencia a la insulina es un precursor de la diabetes de tipo 2 y favorece la aparición de enfermedades circulatorias, además de debilidad muscular y alta presión arterial.
La base del estudio es la denominada hipótesis Barker, que hace unos 15 años estableció una relación directa entre un bajo peso al nacer y la predisposición a sufrir enfermedades cardíacas y circulatorias.
Durante el desarrollo del feto hay breves fases sensibles, durante las cuales se ajustan determinadas funciones metabólicas.
En el caso de malnutrición o subalimentación, el organismo trabaja para lograr un aprovechamiento máximo. Esta adaptación es irreversible y vale para toda la vida. Por lo tanto, si posteriormente hay una alimentación normal, ésta es evaluada de manera superproporcional y hay más probabilidad de que la persona sufra sobrepeso.
Hasta ahora se sostenía que la resistencia a la insulina se adquiría en edades adultas, por una mala alimentación o inadecuados hábitos de vida. Sin embargo, Hocher mostró que la resistencia a la insulina ya puede quedar determinada en el vientre materno. Esto conduce a una nueva comprensión de la diabetes mellitus, según el Hospital Charité.
Nuevas investigaciones deberán analizar cómo funciona este mecanismo sensible y si en caso de enfermedad sería posible una "reprogramación". Sin embargo, esto es algo muy futuro, advirtió Hocher.
En general, se recomienda a las mujeres embarazadas cuidar especialmente la alimentación.
En otro estudio, Hocher y colegas descubrieron que no sólo la subalimentación, sino en general una alimentación deficiente de una mujer embarazada puede causar enfermedades al bebé en su vida adulta.
A esta conclusión llegaron tras realizar experimentos con animales. No sólo la falta de proteínas, sino también un exceso de estas sustancias en los primeros estadios del embarazo pueden ser causa de bajo peso al nacer y por lo tanto de enfermedades circulatorias del recién nacido.