Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

¿Es seguro darle a niños en edad preescolar el popular medicamento estimulante Ritalín para atender el trastorno de déficit de atención e hiperactividad?.
Esa pregunta buscó ser respondida por el primer estudio a largo plazo auspiciado por el gobierno estadounidense que se hizo en menores de esa edad, y se descubrió que ese fármaco estimulante produce algunos efectos secundarios. El medicamento no se recomienda para ser recetado a niños menores de seis años.
Sin embargo, se encontraron beneficios al recetar el fármaco a niños que presentaban casos severos del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Pero los investigadores indicaron que los niños en edad preescolar que tomaban Ritalín (metilfenidato) debían ser vigilados de cerca porque son más propensos que los niños mayores en sufrir efectos secundarios por el medicamento.
La investigación se hizo debido a la preocupación que surgió luego que se publicaran informaciones en el sentido que había aumentado dramáticamente el número de niños en edad preescolar que habían consumido algún fármaco psiquiátrico, entre ellos el Ritalín.
El mensaje del estudio aconseja trabajar con cautela, de acuerdo con el médico Thomas Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental. "No estamos hablando de niños inquietos de tres años", señaló Insel.
El estudio involucró a niños con diagnóstico de TDAH severo y con comportamientos que iban desde colgarse de ventiladores de techo, saltar desde la parte más alta de toboganes o jugar con fuego. Los investigadores señalaron que los beneficios de una terapia de dosis baja superaba los riesgos para estos pequeños. Sin embargo, algunos críticos ponen en duda estos hallazgos.
"Espero que esta publicación no nos lleve a aumentar la prescripción del medicamento. La seguridad no está establecida adecuadamente y la eficacia mucho menos", señaló el médico Sidney Wolfe, del grupo de vigilancia Public Citizen.
Aproximadamente el 40% de los niños que consumieron el medicamento desarrollaron efectos secundarios y un 11% de ellos abandonó el estudio debido a problemas entre los que se encontraban la irritabilidad del menor, pérdida de peso, insomnio y crecimiento menor al esperado.
Los niños que consumieron metilfenidato, que es la sal con la que se produce el Ritalín, crecieron aproximadamente 1,25 centímetros menos y aumentaron aproximadamente un kilo de peso menos de lo esperado durante el estudio, que duró 70 semanas.
"Es una catástrofe. Simplemente abre el camino para drogar a los niños más pequeños", afirmó el doctor Peter Breggin, un psiquiatra de Nueva York y un añejo crítico de la prescripción de fármacos psiquiátricos a niños.
Breggin indicó que la investigación es parte de una estrategia de mercado elaborada por la industria farmacéutica para ampliar el uso de los fármacos en niños pequeños.
El estudio fue publicado en la revista Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry. Varios de los investigadores tienen relaciones financieras con los fabricantes de fármacos para el TDAH, entre ellos el Ritalín.
El autor principal es el médico Laurence Greenhill, un psiquiatra de la Universidad de Columbia y del Instituto de Psiquiatría del estado de Nueva York, quien ha sido un conferencista a sueldo para la mayoría de los laboratorios que fabrican los medicamentos.