Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La fibromialgia aún no cuenta con una terapéutica curativa, por lo que sus objetivos se centran en abordar los diferentes aspectos y síntomas que conforman la enfermedad, según publica el Boletín de Información Farmacoterapéutica de Navarra.

Esto convierte al fibromiálgico en un paciente polimedicado "sin que él mismo ni el profesional que le trata puedan discernir la utilidad de los medicamentos que está recibiendo y sí la extrema dificultad que entraña retirarlos", expresa el Boletín, y convierte al farmacéutico en un elemento fundamental tanto para conseguir adherencia a dicho tratamiento como para evitar que se caiga en la dependencia de ciertos fármacos.

El Dr. Clemente Muriel, catedrático de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor de la Universidad de Salamanca, hace referencia al problema del abandono. A su juicio, habitualmente el paciente fibromiálgico toma muchos fármacos y no con unos parámetros científicos, sino a demanda, por lo que el farmacéutico debe insistir en que se sigan las pautas prescritas por el médico. Asimismo, este experto considera la explicación de los efectos secundarios de extrema importancia, ya que al estar hablando de antidepresivos o analgésicos potentes, en muchos supuestos el enfermo no mejora de su dolor pero sí tiene sequedad de boca, estreñimiento o mareos, lo que provoca el abandono del tratamiento y tener que empezar desde cero otra vez.

"La respuesta final a un estudio genético es la farmacogenética, intentar dar un medicamento en función de las características genéticas del paciente. A lo mejor dentro de unos años se puede ir definiendo la posibilidad a través de diferentes parámetros. Aunque muchas revistas de farmacia hablan del concepto de farmacogenética, la realidad práctica nos indica que aún no se puede conseguir un tratamiento a través suyo", finaliza el Dr. Muriel.