Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El mal de Chagas, una enfermedad que afecta a unos 18 millones de latinoamericanos, se erradicaría con seguridad si se destinase más presupuesto a la búsqueda de un remedio, aseguró el lunes a EFE el experto argentino en esta enfermedad Mariano J. Levin.
La enfermedad de Chagas o mal de Chagas-Mazza, también denominada tripanosomiasis americana, es una infección ocasionada por el protozoo Trypanosoma cruzi. Se transmite por medio del parásito denominado vulgarmente Vinchuca, el cual transmite la enfermedad luego de defecar encima de la picadura en la que previamente el insecto se alimentó. Se estima que son infectadas por la enfermedad de Chagas entre 15 y 18 millones de personas cada año, de las cuales mueren unas 50 000.
Sin embargo, en la Argentina muchas veces se le llama mal de Chagas-Mazza, en honor al médico argentino Salvador Mazza, quien en 1926 comenzó a investigar la enfermedad y con los años se transformó en el principal estudioso de esta patología en el país. Como el Chagas era una enfermedad que afectaba fundamentalmente a los pobres, no se le daba trascendencia y la medicina la negaba como patología. Debido a que, hasta ahora, no tiene cura aparente, en los países de riesgo se incluye el test en los exámenes de sangre de pacientes que realizarán transfusiones a fin de evitar el contagio.
En el hombre, la enfermedad ocurre en dos estadios: la fase aguda, poco después de la infección, y la fase crónica que podría desarrollarse recién a los diez años.
En la fase aguda, un nódulo cutáneo local llamado chagoma puede aparecer en el sitio de inoculación. Cuando éste es la membrana mucosa conjuntival, el paciente puede desarrollar edema periorbital unilateral, conjuntivitis y linfadenitis preauricular. Esta constelación de manifestaciones se refiere como signo de Romaña. La fase aguda suele ser asintomática, pero pueden presentarse fiebre, anorexia, linfadenopatía, hepatosplenomegalia leve y miocarditis.
Algunos casos agudos (10 a 20%) se resuelven en un periodo de dos a tres meses dando lugar a una fase crónica asintomática para reaparecer sólo varios años más tarde.
"Con más presupuesto, ganamos la batalla seguro", apuntó Levin tras la conferencia de clausura de una cátedra sobre esta enfermedad organizada por la Fundación de la Escuela Normal Superior de París.
El financiamiento destinado a investigar el mal de Chagas es "pobre para lo que se necesita", según el profesor, quien destacó la "clara ligazón" entre esta enfermedad y la "miseria", pues se extiende principalmente por las zonas rurales más pobres.
Cerca del 20% de la población boliviana, entre un cinco y un diez por ciento de la argentina, hondureña, paraguaya y salvadoreña, y del 1 al 5% de los chilenos, colombianos, ecuatorianos, uruguayos y venezolanos sufren la enfermedad, según el profesor.