La obesidad, que alcanza proporciones de pandemia, penaliza doblemente a las mujeres, más predispuestas a desarrollar enfermedades y más condenadas al ostracismo que sus pares masculinos, según una experta presente en el décimo Congreso Internacional sobre la Obesidad, en Sydney. "Ser mujer y obesa es lo peor que hay", estimó Berit Heitmann, consejera del gobierno danés en materia de investigación médica y nutrición. Las mujeres víctimas de sobrepeso viven la amarga experiencia de ser discriminadas desde la infancia, rechazadas por sus pares a veces desde la edad de los tres años, explicó. Esta situación se vuelve dramática en la adultez, en el mundo del trabajo, por ejemplo, donde "la apariencia y la talla tienen que ver con el hecho de conservar el empleo y el salario", estimó la experta. Heitmann resumió: "las obesas carecen de amigos, de relaciones íntimas, lazos sociales, educación, salarios y respeto". Esta desigualdad aparece también en el plano fisiológico. Con una masa corporal igual la diabetes mellitus, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares afectan más a las mujeres. "El riesgo para un hombre de desarrollar una diabetes mellitus tipo 2 es 50% del riesgo que corre una mujer obesa", indicó. Según la Organización Mundial de Salud (OMS), el mundo cuenta actualmente más obesos que personas que sufren malnutrición: 1 000 millones de habitantes es víctima de sobrepeso, mientras que 800 millones no comen lo suficiente". |