Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un estudio gubernamental estadounidense señala que las diferencias en la química cerebral podrían ayudar a explicar por qué algunas personas con un fuerte historial familiar de alcoholismo no se convierten en alcohólicos mientras que otras personas con el mismo entorno de alto riesgo se vuelven dependientes de alcohol.

Este estudio, realizado por un equipo del National Institute on Drug Abuse (Estados Unidos), halló que los niveles elevados de los receptores D2 de la dopamina, un mensajero químico en los circuitos de recompensa del cerebro, podrían proteger a algunas personas en alto riesgo de desarrollar alcoholismo.

"Los niveles elevados de receptores D2 de la dopamina podrían ofrecer protección contra el alcoholismo al activar los circuitos del cerebro involucrados en la inhibición de respuestas conductuales para la presencia de alcohol", explicó la Dra. Nora D. Volkow. "Esto significa que las estrategias de tratamiento para el alcoholismo que incrementan los receptores D2 de la dopamina podrían ser beneficiosas para los individuos en riesgo". Según informa "Archives of General Psychiatry", por medio de escáneres del cerebro, los investigadores detectaron niveles elevados de los receptores D2 de la dopamina en 15 personas que no eran alcohólicas, pero que tenían un historial familiar de alcoholismo. Estos altos niveles de receptores D2 de la dopamina eran especialmente evidentes en las regiones frontales del cerebro, que están involucradas en las reacciones emocionales al estrés y al control cognitivo para tomar decisiones sobre la bebida.

Archives of General Psychiatry 2006;63:999-1008