Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos
Científicos del Instituto de Investigación Biomédica del Hospital de Bellvitge participaron en el descubrimiento de un gen que realiza una función antioxidante en el funcionamiento celular y previene la aparición de tumores, lo que ayudará a desarrollar terapias contra el cáncer. Este estudio, que publicó el jueves la revista científica Cell, describe el gen bautizado como Tigar, ubicado en el cromosoma 12 y que "tiene un papel clave en la prevención de la acumulación de toxinas", que pueden acabar provocando un cáncer, según dijo a EFE el director del grupo de la Unidad de Bioquímica y Biología molecular de Bellvitge, Ramón Bartrons. El gen se activa estimulado por la proteína p53, denominada también "el guardián del genoma", que es una de las más conocidas y estudiadas en el campo de la investigación básica contra el cáncer, ya que hace años se sabe juega un papel fundamental a la hora de impedir que las células sanas se conviertan en cancerosas. Bartrons subrayó que este estudio representa un paso más en la compleja tarea de determinar todos los aspectos del funcionamiento de la proteína p53 y del resto de genes y proteínas que están asociados. En los casos en los que la proteína p53 es víctima de una mutación deja de ejercer su efecto protector y las células con el ADN dañado se dividen sin control, mutan con rapidez y finalmente se convierten en malignas. La importancia del conocimiento cada vez más profundo que se tiene de esta proteína recae en el hecho de que en más del 50% de los carcinomas humanos, comúnmente, (mama, pulmón, colon y esófago), se ha detectado su mal funcionamiento. La proteína p53 se activa cuando una célula se somete a agresiones externas como tóxicos, agentes infecciosos o radiaciones que pueden dañar su ADN y, si el daño es relativamente leve, activa los mecanismos del gen de reparación de los posibles daños. En el caso que los daños sean imposibles de reparar, la p53 inicia el proceso de muerte celular programada, una especie de "suicidio celular" que evita que una célula con una función deteriorada se multiplique e invada los órganos o tejidos. Bartrons destacó que el estudio aporta claves también sobre el papel protector contra la oxidación de la dieta basada en frutas y verduras. "Hemos corroborado la función antioxidante de esta alimentación, algo que ya se conocía, pero sobre lo que había pocos datos científicos de cómo actuaban en concreto los antioxidantes para proteger a los humanos del cáncer", señaló. El descubrimiento es fruto del trabajo de científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge-Universidad de Barcelona (IDIBELL-UB) y del Beatson Institute for Cancer Research de Glasgow (Reino Unido), dirigido por Karen H. Vousden. |