Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Más de 650 científicos de Estados Unidos, Canadá, Japón y Europa intercambian desde el lunes, en Washington, sus conocimientos sobre una de las fronteras de la ciencia médica, las células madre. En la primera conferencia anual de la Sociedad Internacional para Investigación de las Células Madre, decenas de investigadores hacen durante tres días sus aportaciones de 15 minutos, mientras en los pasillos del hotel donde se celebra se exhiben 200 presentaciones gráficas. La sociedad conocida por su sigla en inglés ISSCR fue creada el año pasado y tiene su sede en Northbrook (Illinois), y su presidente, Leonard Zon, del Hospital Infantil en Boston, consideró como muy exitosa la convocatoria de esta primera conferencia, tanto por el número como por la calidad de los participantes.

Durante la jornada del lunes, mientras en los pasillos numerosas empresas exhibían sus modelos de microscopios electrónicos y bisturís de rayos láser, se escucharon ponencias sobre el genoma de las células madre, las células progenitoras y el uso clínico de las células madre. El tono estrictamente científico que tienen las conferencias se debilitará un poco cuando se analicen los aspectos éticos de la investigación con estas células, un asunto que está en el centro de muchos debates públicos y políticos en todo el mundo. El orador que abrirá el debate será el senador republicano Orrin Hatch, el único miembro del congreso de Estados Unidos que, aún cuando se opone al aborto, apoya el uso de embriones humanos, incluidos los clonados, para la investigación de células madre.

Las células madre son las que tienen la capacidad de desarrollarse como células de diferentes órganos y tejidos, y hasta ahora las más versátiles que se han obtenido son las extraídas de embriones. Hatch ha presentado un proyecto de ley que permitiría que los científicos creen embriones humanos y los destruyan pocos días después para cosechar las células que, tal como afirmaron los ponentes en esta conferencia, ayudarán a la cura de algunas de las enfermedades más graves que padece la humanidad. Esta iniciativa ha distanciado a Hatch de sus tradicionales aliados en el movimiento contra el aborto, y muchos en su propio estado de Utah consideran los embriones como personas, y su destrucción como asesinato. El gobierno del presidente George W. Bush emitió en agosto del 2000 normas sobre la ayuda financiera federal para la investigación en este campo, y la limitó al uso de algunas cepas de células madre ya obtenidas en laboratorio, prohibiendo los fondos para investigadores que usen cepas nuevas.

Los Institutos Nacionales de la Salud, que esta misma semana realizan su conferencia anual sobre las células madre, sostiene que es posible que no haya una sola fuente de células madre para curar todas las enfermedades. Hasta ahora, los científicos han descubierto que las células madre de personas adultas tienen menos potencial de versatilidad que las halladas en los embriones. Y no se han hallado en adultos humanos células madre capaces de desarrollarse en cualquier tipo de tejidos. En particular no se han identificado en adultos células madre capaces de transformarse en células cardíacas o células del páncreas. Los males cardíacos y la diabetes mellitus, relacionada con el funcionamiento del páncreas, se cuentan entre las enfermedades más comunes en Estados Unidos. Asimismo las células madre a menudo están presentes en los adultos en cantidades muy pequeñas, son difíciles de aislar y purificar, y su número disminuye con la edad.