Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una investigación de dos años con células madre realizada en la Facultad de Medicina de Riberao Preto (Sao Paulo) abrió esperanzas para un tratamiento efectivo contra la diabetes tipo 1: de once pacientes, ocho volvieron a producir insulina.

La investigación es parte de un proyecto que incluirá a 12 enfermos, a un costo de 15 000 a 20 000 dólares por paciente, y cuyos resultados definitivos se conocerán en cinco años, informó a la AFP el médico Julio Voltarelli, que encabeza un equipo de 40 profesionales en Riberao Preto.

Aunque la investigación sea exitosa "la gran mayoría de los diabéticos no será beneficiada", advirtió el médico brasileño, porque el tratamiento sirve exclusivamente para enfermos con diagnóstico precoz, de hasta seis semanas de contraída la diabetes tipo 1, de origen inmunológico y base genética.

"La mayoría de los enfermos se diagnostican tardíamente, o hace más tiempo que sufren la diabetes, y ellos no serán beneficiados", explicó Voltarelli.

La diabetes tipo 1 consiste en la destrucción por parte del sistema inmunológico de las células beta del páncreas, que son las responsables de la producción de insulina, hormona segregada para regular la cantidad de glucosa en la sangre. El tratamiento ayuda a revertir ese proceso: como consecuencia debe realizarse precozmente, antes que se produzca la total destrucción de las células productoras de insulina.

La experiencia consistió en implantar células madre provenientes de su propia médula ósea en la corriente sanguínea del paciente. El tratamiento podría realizarse también con células madre de embriones, explicó Voltarelli.

Las células madre llegan al páncreas y auxilian a las células beta a reproducirse y a evitar su destrucción por el sistema inmunológico, indicó.

Se trata de un proyecto inédito, según el investigador. "Por lo que yo sé no existe en el mundo ningún protocolo con estrategia semejante a la nuestra. Otro método, diferente, instrumenta trasplantes de porciones pancreáticas", dijo.

Hasta ahora la experiencia se ha desarrollado en 11 pacientes, y de ellos ocho volvieron a producir insulina, otros dos demuestran recuperación parcial, y en uno el tratamiento no dio resultado. En ese caso, "como el paciente inicial presentaba otras complicaciones, no lo consideramos en la experiencia, y extenderemos el tratamiento a otros dos pacientes para completar los 12 considerados en el proyecto", dijo Voltarelli.

"Todavía no quiere decir que hay cura porque no tenemos seguridad que los pacientes van a permanecer bien por el resto de su vida", alertó el investigador. Por eso el proyecto se extenderá por cinco años más, y recién entonces podrá generalizarse su uso en otros enfermos.

Los pacientes son voluntarios y deben cumplir algunos requisitos: que el diagnóstico tenga como máximo seis semanas, que tengan entre 12 y 35 años de edad, y que no presenten otras complicaciones que afecten el resultado del trasplante de células madre.

Después de ser evaluado, el diabético pasa por un proceso de dos meses, durante el cual recibe medicamentos que reducen su inmunidad (para suavizar el ataque a las células beta) y se somete al retiro de las células madre de la médula, que después serán trasplantadas a su sistema sanguíneo.

"El trasplante es realizado con quimioterapia, por eso es importante la evaluación, pues hay riesgo con una inmunidad baja", señaló Voltarelli.

En una segunda etapa del proyecto, seguramente el procedimiento se experimentará en pacientes con diabetes tipo uno diagnosticada por más de seis semanas.